Todas las críticas de Joey, tanto las buenas como las malas, destacan la ausencia del "dream team" .
EFE
LOS ÁNGELES, EU.- La pequeña pantalla recupera a uno de los amigos de Friends, el actor Matt LeBlanc, que debuta en solitario con la nueva y esperada serie Joey.
La compañía se echa de menos, en especial después de que Friends dominara durante una década los gustos de la televisión estadounidense.
Todas las críticas de Joey, tanto las buenas como las malas, destacan la ausencia del "dream team" que, junto a LeBlanc, formaban David Schwimmer, Courtney Cox, Matthew Perry, Lisa Kudrow y Jennifer Aniston.
Aún así LeBlanc regresa una temporada más, la undécima, a los zapatos de Joey Tribbiani, el eterno joven aspirante a actor y al que le falta un hervor, porque está en el límite de cuando la inocencia se convierte en estupidez.
Se trata de un intento de hacer con Friends lo que tan sólo la serie Cheers consiguió con éxito: mantener la audiencia y el espíritu de la serie original en una nueva comedia completamente diferente protagonizada por uno de sus personajes secundarios.
En el caso de Cheers, la serie continuó con Frasier, comedia que concluyó en mayo su trayectoria tras 11 años de mantener el mismo tono de humor en antena.
Además de utilizar a uno de los personajes secundarios como protagonista y mostrar su vida alejada del grupo de Cheers, el secreto de Frasier fue el de situar al personaje en un nuevo ambiente a la vez que mantuvo el mismo equipo de guionistas.
Ese ha sido el modelo seguido en Joey, donde la trama ha sacado de Nueva York a este actor en ciernes y le ha buscado casa en Hollywood, en un apartamento donde si te asomas mucho puedes incluso ver las letras.
El resto sigue siendo familiar para los amantes de Friends, que pueden apreciar en el nuevo apartamento de Joey una foto de Tribbiani con Chandler, su antiguo compañero de piso.
También están muchos de los efectos personales que acostumbraba tener en su antigua casa de Nueva York, como su tiburón de juguete, su cartel del Grand Prix de Mercedes Benz o el Etch-A-Sketch que solía estar a la puerta del apartamento que compartió con Chandler.
Otras similitudes quedarán para los entendidos: La nueva comedia se rueda en el mismo plató, el número 24 de los estudios Warner, que durante una década se conoció como "el set de Friends".
Además, la calle del café Central Park, donde los amigos de "Friends" se reunían, es ahora la pared de piedra del apartamento de Joey.
Y lo que solía ser el apartamento de Mónica en Friends ahora es la cocina de Joey, esa que comparte con su sobrino y en ocasiones con su hermana.
NO VIENE SOLO
LeBlanc no está completamente solo en esta nueva aventura televisiva y la serie se apoya en dos nuevos personajes: la hermana de Joey, que interpreta Drea de Matteo, conocida por su trabajo en Los Sopranos, y Paulo Costanzo como el sobrino que Joey nunca conoció.
Un extraño trío de perdedores que se tendrá que ganar no sólo a la audiencia sino a todos los escépticos en la crítica que echan de menos lo que la nueva serie no tiene.
"Mi trabajo es hacer la serie tan divertida como pueda. Haremos una comedia tan buena como Friends que además será diferente de Friends", ha recitado el actor a los medios de comunicación.
Este es un esfuerzo por el que LeBlanc, candidato al premio Emmy por tercer año consecutivo, cobrará del orden de los 800,000 dólares por episodio.
A estos ingresos hay que sumar un porcentaje de la serie y los acuerdos firmados por dos programas piloto con la cadena NBC y de dos películas con los estudios Warner.
Ambos medios implicados en esta producción han apostado por Joey como su mayor baza en la nueva temporada de televisión.
El estreno está precedido por una campaña de diez millones de dólares en publicidad, que ha empapelado revistas, autobuses y vallas publicitarias con el rostro de Joey Tribbiani.
Junto a su sonrisa, una frase: "nueva ciudad, aún perdido", que recuerda, como es tradición en las bodas, algo nuevo y algo viejo.
