MADRID, ESPAÑA.- Los malos resultados cosechados por las selecciones más potentes de Europa, como Grecia, actual campeona, Francia, Portugal, Holanda o Italia, buscarán victorias que les aúpen a los primeros puestos de sus respectivos grupos en la jornada de hoy.
El pasado sábado fue un día propicio para recuperar la tópica frase de que en futbol no hay rival pequeño, puesto que selecciones como la República de Irlanda, Eslovenia o Macedonia dieron la campanada ante equipos más potentes.
Francia jugará un encuentro tremendamente importante tras los malos resultados conseguidos en esta fase de clasificación. Tras la marcha de jugadores como Zinedine Zidane, Bixente Lizarazu, Claude Makelele o Marcele Desailly, Raymond Domenech, seleccionador francés, no ha podido dotar a su equipo de consistencia y ve cómo sólo ha conseguido una victoria en tres partidos disputados, lo que le obliga a vencer en terreno de la débil Chipre para no despegarse de selecciones como Suiza, Israel o la República de Irlanda, que el pasado sábado empató en París 0-0.
Tampoco está para muchas alegrías Italia tras perder contra Eslovenia, líder del Grupo Cinco con siete puntos, que no debería perdonar a Bielorrusia en el encuentro que se disputará en Parma, ya que perderían la segunda plaza y meterían en la pelea por el primer puesto a otra selección como Noruega.
Mención aparte tiene la actual campeona de Europa, Grecia, que no conoce la victoria en esta fase de clasificación para el Mundial de Alemania. En estas tres jornadas disputadas, perdió en Albania 2-1 y empató contra Turquía y Ucrania, lo que le han dado los dos puntos que adornan su casillero.
Y si el campeón está mal, el subcampeón, Portugal, llega a esta jornada tras tropezar estrepitosamente en la última jornada contra Liechtenstein (2-2), lo que le dio el primer punto en la historia del país centroeuropeo en una fase de clasificación para un Mundial.
Portugal recibe a Rusia reeditando el encuentro de la primera fase del último campeonato de Europa. Los rusos llegan crecidos tras derrotar 0-4 a Luxemburgo el pasado sábado con tres goles de Sychev.
Por su parte, la selección española buscará tres puntos en Lituania que le sitúen en lo más alto de la clasificación y que cierren la semana con seis puntos, tras la victoria sobre Bélgica 2-0 en Santander.
El juego del conjunto de Luis Aragonés no convenció pero, visto lo visto, los tres puntos pueden darse por buenos para conseguir el objetivo de estar en Alemania.
Holanda-Finlandia, Azerbaiyán-Inglaterra marcado por la baja de David Beckham por lesión y Dinamarca-Turquía son otros encuentros destacados.
- Copa del Mundo 2006, clasificación, miércoles 13 de octubre.
Yereván: Armenia-República Checa (20:20)
Andorra: Andorra-Macedonia (15:00)
Ámsterdam: Holanda-Finlandia (20:30)
Lisboa: Portugal-Rusia (21:15)
Luxemburgo: Luxemburgo-Liechtenstein (20:00)
Riga: Letonia-Estonia (18:00)
Parma: Italia-Bielorrusia (21:00)
Oslo: Noruega-Eslovenia (19:00)
Chisinau: Moldavia-Escocia (21:00)
Cardiff: Gales-Polonia (20:00)
Belfast: Irlanda del Norte-Austria (19:45)
Baku: Azerbaiyán-Inglaterra (21:30)
Vilna: Lituania-España (21:15)
Belgrado: Serbia y Montenegro-San Marino (20:00)
Reikiavik: Islandia-Suecia (18:10)
Sofía: Bulgaria-Malta (18:00)
Nicosia: Chipre-Francia (21:45)
Dublín: Irlanda-Islas Feroe (19:30)
Almaty: Kazajistán-Albania (20:00)
Copenhague: Dinamarca-Turquía (20:00)
Leópolis: Ucrania-Georgia (19:15)
Francia pide paciencia
La selección francesa pide paciencia a sus aficionados, que asisten con preocupación a las mediocres prestaciones del equipo de sus amores y a una prensa que mira con inquietud la clasificación para el Mundial 2006, que puede esfumarse si el equipo no mejora el rumbo.
Tras las tres primeras jornadas de la fase de clasificación para el Mundial, Francia ocupa la tercera plaza del Grupo Cuatro, lo que le deja fuera de la cita de Alemania y de los partidos de repesca, una situación difícilmente explicable para el equipo que durante los últimos años del siglo pasado dominó el futbol mundial.
En ese contexto, Francia viaja a Chipre para afrontar el cuarto partido del grupo, con la exigencia de vencer a uno de los teóricos rivales débiles del continente y con la amenaza de que un resultado negativo haría estallar una crisis en la que podrían rodar cabezas, empezando por la del seleccionador, Raymond Domenech.
Una situación preocupante que los "bleus" afrontan esperanzados y con continuos llamamientos a la paciencia, tanto por parte de Domenech, como de los jugadores.
El análisis del técnico parte de la base de que Francia ha tenido que afrontar una reestructuración de la plantilla, provocada por la jubilación anticipada a la que se han acogido algunos de los habituales del equipo, con Zinedine Zidane a la cabeza, seguido de Lilian Thuram, Bixente Lizarazu, Marcel Desailly y Claude Makelele.
Para cubrir esas bajas, Domenech ha recurrido a lo que mejor conocía, a los jóvenes que durante años ha entrenado en su calidad de seleccionador Sub-21, sin renunciar a los consagrados que han sobrevivido a la ola de retiradas internacionales que siguió a la Eurocopa de Portugal.
Sin embargo, su mezcla de espíritu joven y sabia experiencia, por el momento, se ha saldado con un juego muy pobre, que no ha logrado fabricar ningún gol en su estadio, otrora inexpugnable, y que aumenta la inquietud sobre sus opciones de clasificación.
La prensa ha empezado a desempolvar los archivos anteriores la "edad de oro" del futbol galo en la que se gestó el equipo ganador que se proclamó campeón del mundo y, seguidamente, de Europa.
Los números que presenta la Francia de Domenech se parecen mucho a los de los inicios de Aimé Jacquet, que debutó en la fase de clasificación para la Eurocopa de 1996 con tres empates consecutivos a cero, frente a Eslovaquia, Polonia y Rumania.
Entonces Francia terminó por obtener la clasificación para la Eurocopa de Inglaterra en el último encuentro, gracias a una victoria en Bucarest.
Con aquellos juncos, surgidos tras la no clasificación de Francia para el Mundial de 1994, Jacquet logró fabricar un gran equipo aprovechando la que fue, posiblemente, la mejor generación de jugadores de la historia del país.
Una tarea similar le espera a Domenech, que espera construir un equipo competitivo a partir de los restos del naufragio del Mundial de 2002 y de la Eurocopa de este año.
Para ello reclama paciencia, un grito al que se suma Robert Pires, uno de los supervivientes del naufragio, que se limita a decir con contundencia: "Déjennos tranquilos".
"Nuestro juego mejora, subimos en potencia día a día. El partido contra Irlanda fue mejor que contra Israel", afirmó el jugador del Arsenal.
El mismo argumento emplea Domenech y otros jugadores, sin que eso reste preocupación a una afición que ve a un equipo indolente, con una evidente impotencia ofensiva y que no muestra ninguna sensación de dominio sobre rivales teóricamente inferiores.
"Paciencia" se ha convertido en el grito de guerra, una exigencia que puede chocar de lleno con las necesidades de un equipo que, imperiosamente, necesita clasificarse para el próximo Mundial. La Paciencia implica tiempo y eso no abunda en el futbol.