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José José festeja en 'familia'

Notimex

MÉXICO, DF.- Su voz ya no es la misma que conquistó hace 41 años el ambiente musical, pero el talento, la experiencia y la sola presencia de José José prevalecerán a través de los años, y ello quedó demostrado el lunes durante el concierto que ofreció y en el cual fue ovacionado por miles de seguidores.

El "Príncipe de la Canción" triunfó una vez más ante su público, que no dejó de entusiasmarse y motivar a su ídolo en las dos horas y media que duró el recital que presentó en el Auditorio Nacional, que da cabida a diez mil personas y lució a su máxima capacidad.

El reconocido intérprete internacional compartió escenario con sus tres hijos José Joel, Marisol y Sara, en el espectáculo que denominó José José en familia, quienes imprimieron su voz en más de 30 éxitos que ya forman parte de la historia musical de México.

"Mi voz ya no será mi voz, mi canto ya no será mi canto, seré un viejo gavilán cansado echando a las palomas pan", expresó "El Príncipe" al inicio de su actuación, que en todo momento fue admirada por el esfuerzo que hizo para interpretar de lo mejor temas como Será, O tú, o yo y Me vas a Echar de Menos.

Hace una década José José bromeaba tras una operación de fémur y cadera, pues le implantaron platino en los huesos desgastados por la osteoporosis. "Soy como un hombre biónico", decía, y entonces ya tenía casi un año de sobriedad, luego de una férrea lucha contra el alcoholismo y contra la misma muerte.

"La vida pasa factura", fue otro de sus comentarios aquella ocasión y la víspera refrendó el intérprete, que aunque aún sufre los embates de una enfermedad pulmonar y un enfisema que lo obliga a hablar con mucho esfuerzo, no decae y permanece firme y de pie.

Ante diversas porras de los asistentes, numerosos halagos y expresiones como: "Eres grande José", "Sí se puede", "No eres un príncipe, eres un rey", "Aún sigues siendo el mejor" y "Así se hace", entre otras, el artista colocó su voz en A Esa y Amar y Querer.

Fue entonces el momento ideal para invitar a su hija Marisol al escenario del imponente recinto e interpretar a dúo Te Quiero Así, para que después, en solitario, la joven inyectara su talento en Vamos a Darnos Tiempo y Volcán.

Con el acompañamiento de la orquesta del maestro Ricardo Torado y las hermanas Salinas en los coros, José José, ataviado con smoking negro que portaba un pañuelo rojo en el bolsillo, deleitó con Cuidado, Payaso, Te Extraño y I?ve Got you Under my Skin.

Enseguida presentó orgulloso a su pequeña hija Sarita, quien al lado de cuatro bailarines arribó para imprimir su esfuerzo a ritmo de hip hop en las canciones Amor, Amor y Linda Disco para luego compartir a dúo con su padre Madrecita, que dedicaron a la progenitora del cantante, que falleció el siete de enero de este año.

Fue en ese momento cuando las dos pantallas gigantes colocadas a los costados del interior del Auditorio Nacional proyectaron diversas imágenes de José José en su etapa de niño o en sus inicios como artista, pero siempre al lado de su madre.

El repertorio continuó con Gavilán o Paloma, melodía de 1977 que durante meses permaneció en el primer lugar de popularidad, no sólo en México sino en el extranjero también. En este año fue cuando José José comenzó a ser un fenómeno de popularidad y ventas.

También llegó Almohada, que grabó en 1979 en Londres, Inglaterra y que es imprescindible en su programa de concierto; 40 y 20, que advierte los riesgos de una relación de pareja en la que las edades difieren demasiado; ¿Y Qué?, que promueve la defensa del amor en una relación de noviazgo, y Amnesia, que sugirió que le ocurrió a los 18 años.

Tocó el turno de José Joel, quien llegó con energía y entusiasmo para dar cuenta de su talento y educada voz en Mi Viejo, De Pueblo en Pueblo, Si me Dejas Ahora y La Fuerza de la Sangre, a dúo con su padre y mejor amigo, según lo constató.

La familia completa se plantó en el escenario para promover que se deje atrás el ayer y se viva el aquí y el ahora mediante la canción Lo Pasado, Pasado.

Transcurría el año 1984 cuando José José ya tenía en sus manos el mejor disco de su carrera: Secretos, el acetato que hasta el momento ha vendido más de siete millones de copias y se ha hecho acreedor a 22 discos de Oro y Platino en total.

En homenaje a este trabajo cantó He renunciado a ti, Lágrimas, El Amor Acaba, Lo Dudo y Voy a Llenarte Toda, tras finalizar, el público dejó sus asientos y se mantuvo de pie para rendirle una larga ovación.

"No tengo palabras para agradecerles su presencia; a ustedes les debo lo que soy, ustedes son mi familia querida y los amo profundamente y que Dios los bendiga", resaltó "El Príncipe" con la voz entrecortada, mientras que brotaban algunas lágrimas de sus ojos.

Luego agradeció a aquellos que hicieron posible este concierto, entre ellos su representante y esposa, Sara Salazar, así como a los doctores que, señaló, lo mantienen vivo.

José José, quien desea que su carrera dure como la de Pedro Vargas o la de Frank Sinatra, es decir, terminar la vida sobre las tablas, frente a las candilejas, se despidió con "broche de oro" con la interpretación de los clásicos La Nave del Olvido (1969) y El Triste (1970).

Así como ocurrió hace 34 años, cuando el Teatro Ferrocarrilero se vistió de aplausos para él cuando ganó el tercer lugar en el Festival OTI, el Auditorio Nacional ahora le rindió tributo a su ídolo.

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