Toluca, Méx., (SUN-AEE).- Arturo, de 15 años de edad, con una nueva responsabilidad a cuestas, la de ser papá por 72 horas, tomó valor y decidió llevarse a su "bebé cibernético" al futbol.
De plano no pudo resistir la tentación de la cascarita de fin de semana. Mala decisión porque a la mitad del partido, su "ciber hijo", primero con quejidos leves y luego con lloriqueos de gran alcance, terminó haciendo una pataleta sin precedentes.
Arturo tuvo que dejar a la mitad el juego, cuando estaba más emocionante, para atender a su pequeño ante la mirada atónita de sus compañeros de fut; más tarde, ambos niños, padre e hijo, optaron por una sabia decisión: regresar a casa y dejar la diversión para otro día.
Arturo forma parte de los 40 estudiantes del segundo semestre de preparatoria que viven en San Andrés Cuexcontitlán, que voluntariamente aceptaron cambiar las citas, el relajo, el futbol llanero y los bailes de fin de semana por un hijo; un ciber bebé al que deberán cuidar por 72 horas consecutivas, al término de las cuales entonces, quizá, entiendan aquello raro de "sexualidad y paternidad responsable".
No será nada fácil. Los bebés que les entregó el Instituto Municipal de la Mujer a las 20 parejas adolescentes de la Escuela Preparatoria 93, localizada en esa comunidad, uno de los cinturones con la más dramática miseria que rodea a la capital y donde son continuos los nacimientos de madres adolescentes, simplemente no dejan de llorar, de exigir.
Los muñecos son sensibles a la presión, el calor, el frío y están programados para exigir alimento cada intervalo, así como para simular las necesidades fisiológicas propias de un recién nacido.
Esta acción forma parte de un programa piloto que ha emprendido el gobierno de la República en todo el país, donde de acuerdo con el ayuntamiento de la capital, cada año nacen 300 mil niños por embarazos no deseados, de los cuales aproximadamente 50% ocurren en zonas marginadas de Toluca.
