El subdirector de Seguridad Pública, Fernando Aldaba Isáis, justificó a los elementos de la corporación a su cargo que han incurrido en irregularidades causando víctimas entre civiles.
Al referirse a los casos de elementos de la corporación que han causado la muerte a ciudadanos al realizar las detenciones, explicó que fueron ?errores aislados? donde el agente, a pesar de su adiestramiento, no supo actuar en el momento causando el daño.
?No deseo invadir el ámbito del juzgador, quien actualmente tiene en sus manos dos casos de esta naturaleza y será él quien decida la suerte de los agentes?, dijo
Como se recordará, en agosto del 2002, fueron detenidos los agentes Lorenzo Vega y Juan Francisco Ceniceros, después de realizar la detención de varios sujetos en estado de ebriedad, entre ellos uno de apellido Alba Molina, quien después de permanecer en los separos de la corporación murió en el Hospital General, víctima de un traumatismo craneoencefálico.
Los agentes quedaron bajo proceso por el delito de homicidio imprudencial y aproximadamente por el mes de abril fueron liberados luego de reparar el daño y purgar una pena mínima.
Posteriormente, en el mismo año, durante el mes de noviembre, Juan Francisco Quintero Hernández y su compañero Carmelo Rodríguez Hernández, a petición de los vecinos de la colonia Silvestre Dorador, acudieron al lugar para detener a un joven que, al parecer bajo los efectos de alguna droga, intentaba introducirse a los domicilios.
Una vez que fue capturado, en el asiento posterior forcejeó con Juan Francisco y logró despojarlo de su arma, sólo que en el intento el presunto infractor recibió dos impactos en el abdomen. Ahora aún se lleva el proceso por el delito de homicidio en el juzgado penal correspondiente.
En el caso más reciente, la madrugada del sábado 10 de julio, Tomasa Rodríguez Espinoza, de 52 años, falleció durante un velorio en la colonia Tierra y Libertad, al recibir un disparo en el pecho a manos del agente Agustín Reyes Andrade, quien accionó su arma ?accidentalmente? al detener a Héctor Manuel Santoyo Díaz, sujeto que trataba de huir de su perseguidor.
En este contexto, Aldaba Isáis reconoció que es necesario estudiar cada caso en particular, para analizar las condiciones en que se presentó, más que para encontrar culpables para no cometer los mismos errores.
?De antemano podemos descartar que estos accidentes contra ciudadanos hayan sido por la falta de capacitación o conocimiento de situaciones bajo presión, porque cada una reviste un reto para el agente, ya que cada una es de riesgo e involucra anteponer su vida por la de los demás?, agregó
Expresó que, periódicamente, los elementos son evaluados en sus conocimientos, manejo de armamento, exámen toxicológico, condiciones físicas y mentales, reuniendo una calificación mínima que de no obtenerla son dados de baja.
El policía, figura poco respetada
Ante los comentarios que algunos agentes hicieron llegar a El Siglo de Durango, referente al poco apoyo que les proporcionan las corporaciones, el titular del Departamento Legal de Seguridad Pública, Daniel Pulido Rosales, expresó que tal percepción es real ya que para revalorar su función sería necesaria la reforma del reglamento interno.
?Lo que pasa es que la sociedad le ha perdido respeto al papel que desempeña el agente, sobre todo por el mal trabajo de algunos, que sin darse cuenta, al propasarse en sus funciones, afectan los logros y el trabajo de toda la corporación?, subrayó.
Numeralia.-
-Tres procesos por homicidio se han presentado durante la actual administración municipal
-Las fianzas depositadas por los agentes van desde los 30 mil a los 50 mil pesos
-Dos casos durante el 2002 y uno en el 2004
