EFE
LONDRES, INGLATERRA.- La modelo Kate Moss, una de las mejor pagadas en el Reino Unido, ha cumplido treinta años y lo ha celebrado este fin de semana con una maratoniana fiesta plagada de famosos, glamour y champaña, mucho champaña.
Según pública hoy la prensa británica, Moss no escatimó gastos y alquiló la planta baja del selecto hotel Claridge de Londres para el convite, que empezó el viernes por la tarde y se prolongó durante treinta horas, en honor al trigésimo cumpleaños de la modelo.
Entre los 130 invitados figuraban Ronnie Wood, guitarrista de los Rolling Stones; la actriz Gwyneth Paltrow, acompañada de su marido, Chris Martin, líder de la banda Coldplay, la modelo Naomi Campbell y la modista Stella McCartney.
Agasajada con flores y regalos, Moss sorprendió a todos con un elegante vestido azul, largo pero generoso de escote, que imitaba la moda de los años veinte y hacía juego con un collar formado por treinta diamantes, obsequio del diseñador francés Louis Vuitton.
Pero Moss, que acaba de firmar con la cadena de ropa Burberry un suculento contrato de unos 4.5 millones de euros (5.5 millones de dólares) por una sesión fotográfica de tres días, llegó a cambiarse hasta tres veces de indumentaria.
"Pensarías que se trata de una boda de la realeza", comentó al periódico sensacionalista The Mirror una persona cercana al festejo, en referencia a la suntuosidad del evento.
Uno de los invitados también dijo al tabloide Sunday Express que algunos de los camareros "trataban a todo el mundo como si pertenecieran a la realeza y a Kate como si fuera la reina".
La diva de la pasarela deleitó a los asistentes con treinta cajas de exclusivo champaña de añada Cristal y trece kilos de exquisito caviar de Beluga, entre otros manjares, que los camareros sirvieron en bandejas de plata.
