EFE
Los Ángeles, EU.- Las notables ausencias de Tom Cruise y su ex Nicole Kidman entre los candidatos a los próximos Oscar, así como la de los estudios Miramax, que durante la última década han dominado los premios, han causado sorpresa en Hollywood.
No obstante, el reparto de las candidaturas en esta 76 edición de los premios más cotizados del cine ha respondido en líneas generales a lo esperado.
El dominio de la última entrega de El Señor de los Anillos quedó claro con 11 candidaturas, especialmente técnicas y en los temas de interpretación Mystic River se ha llevado la palma al aspirar a seis estatuillas no técnicas.
Este es un resultado que responde a las victorias del domingo en los Globos de Oro, los premios de la Asociación de la Prensa Extranjera en Hollywood considerados la antesala de los Oscar.
Pero como ocurrió en esa gala, las esperadas victorias de Cruise, Kidman o Cold Mountain han brillado por su ausencia.
“No hubiera podido hacer mi trabajo sin él”, afirmó Ken Watanabe, compañero de reparto de Cruise en The Last Samurai.
Sin apenas saber inglés, el intérprete japonés ha conseguido una candidatura al Oscar como mejor actor secundario mientras que la estrella mejor pagada de Hollywood, que había producido este filme a su medida con sueños de Oscar, se quedó sin premio.
Lo mismo ocurrió con su ex esposa, ganadora de la estatuilla el pasado año y cuyo trabajo en Cold Mountain, pese a la promoción, parece no haber impresionado a los académicos.
“Una pena porque queríamos ir juntas a la ceremonia. Pero el próximo será suyo con Dogville”, dijo Naomi Watts, amiga de Kidman y aspirante al premio por primera vez como mejor actriz por 21 Gramos.
También hubo otras ausencias, como la del eterno Jack Nicholson cuando el filme que protagonizó junto con Diane Keaton, Something’s Gotta Give le proporcionó la candidatura a su compañera de reparto.
“Jack siempre será candidato. Él es el rey”, afirmó Keaton.
Igual pasa con el reparto de El Señor de los Anillos: El Retorno del Rey, que no ha conseguido candidaturas en estos apartados.
En opinión de su director, Peter Jackson, esto puede ser culpa de la producción, ya que han conseguido un grupo tan sólido y equilibrado de interpretaciones, que los miembros de la Academia no han podido separarlas.
De todas ellas, la falta más comentada es la de los estudios Miramax y en especial su gran estreno Cold Mountain, de la lista de candidatos a Mejor Película.
Este es el primer año, desde hace once, en que este poderoso estudio independiente no consigue situar su producción entre los cinco candidatos finalistas.
Su ausencia coincide con la publicación del libro Down & Dirty Pictures que describe a Harvey Weinstein, al frente de Miramax, como abusón y soez, con una carrera tan llena de logros en el cine como de fracasos personales.
“Si la Academia estuviera enfadada con nosotros, no nos hubiera concedido 15 candidaturas”, refutó el hombre fuerte de Miramax.
Esta afirmación la confirman candidaturas tan sorprendentes como las cuatro del filme brasileño Ciudad de Dios, -representado por Miramax-, pero aún así, su ausencia de Mejor Película sigue llamando la atención.
Para bien o para mal, a este estudio se debe el cambio vivido por los Oscar en la última década y el hecho de que ahora las campañas de promoción de las películas candidatas sean cada vez más agresivas y caras.
Esta técnica publicitaria ha sido seguida por el resto de los estudios.
La agresividad de estas campañas ha provocado cambios en las reglas de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas.
Indirectamente, para reducir el tiempo de promoción, el Oscar se entrega este año al mes de darse a conocer los candidatos.
Para el analista Patrick Goldstein, el mensaje lanzado por la Academia en sus candidaturas tiene una lectura más general.
“Queremos un respiro de las grandes y costosas producciones cargadas de estrellas”, afirmó Goldstein.