PATRAS, GRECIA.- Fue una lección completa con toque, gambeta y gol. Con este repertorio, Argentina vapuleó 6-0 ayer a Serbia y Montenegro en una estruendosa presentación en el futbol de los Juegos Olímpicos.
Carlos Tévez, una de las figuras de la cancha, metió dos goles.
César Delgado a los 11’, Cristian González a los 17’, Tévez a los 42’ y 43’, Gabriel Heinze a los 73’ y Mauro Rosales a los 76’ marcaron los goles de Argentina, que de esta manera puso proa hacia su objetivo que es la medalla de oro, el único trofeo de importancia que le falta en sus pobladas vitrinas.
Fue un choque por el Grupo C, que completan Australia y Túnez, este último el próximo rival de Argentina el sábado, nuevamente en Patras.
Argentina salió con su sello distintivo, que es agresividad en ataque y pelota bien tratada, principalmente cuando pasaba por los pies de D’Alessandro y Tévez, el astro de Boca Juniors que en 2003 fue considerado el mejor jugador de América.
Cuando los desorientados europeos casi no la habían tocado, llegó el primero por intermedio de Delgado, tras una veloz corrida en la que dejó en el camino a Bojan Neziri primero y a Milan Stepanov después.
Serbia respondió con un cabezazo de Andrija Delibasic que generó una excelente tapada de Germán Lux, que en verdad fue bastante poco ortodoxa ya que con el esfuerzo quedó como desparramado en el aire.
"Kily" González aumentó tras una lucida combinación entre Tévez y D’Alessandro, anticipándose con una uña a la salida del arquero Nikola Milojevic.
El propio González estrelló una pelota en el palo y luego Tévez inició su romance con la red con dos goles.
En el primero, gambeteó a Djorge Josic y la puso con efecto junto al palo y en el segundo aprovechó un pase de Mauro Rosales y tras una mala salida del arquero la anidó en la red.
Con esta ventaja, Argentina salió en el complemento dando la impresión de que dosificaba sus energías, aunque prosiguió controlando el juego a voluntad.
Tévez se perdió el quinto cuando recibió de Javier Saviola y solo frente al arco la mandó sobre el travesaño.
El quinto lo metió Heinze, de cabeza y la media docena la cerró Rosales, con un tiro abajo luego de otra brillante jugada colectiva de Argentina.
Grecia remonta y empata con Corea del Sur
El anfitrión Grecia remontó un marcador en contra en el último cuarto de hora y rescató ayer un empate 2-2 con Corea del Sur en el futbol olímpico.
Tras su sensacional consagración en la Eurocopa el mes pasado, los griegos ahora se ilusionan con otra actuación de kilates por parte de su conjunto olímpico.
Cuando el gol en contra de Loukas Vyntra a los 64 minutos se sumó al tanto de Kim Dong Jin a los 43’, todo hacía indicar que los planes se desbarataban para los de casa.
Para colmo, los coreanos se quedaron con diez hombres a partir de los 31’ por la expulsión de su defensor Kim Chi Gon, por acumulación de tarjetas a los 31’.
Pero Ioannis Taralidis marcó el primer gol helénico a los 78’ y Dimitrios Papadopoulos, el único integrante del equipo que ganó la Eurocopa en el plantel olímpico, estableció el 2-2 definitivo con un tiro penal.
El resultado dejó a los griegos y coreanos con una unidad, la misma cantidad que México y Malí que empataron sin goles en Volos.
La actividad del grupo seguirá el sábado con Corea midiéndose con México en Atenas, mientras que Grecia se enfrentará con Malí.
Túnez y Australia igualan
Un gol de Ali Zitouni a los 69 minutos le dio ayer a Túnez un empate 1-1 con Australia en el futbol olímpico y dejó a Argentina sola en la punta del Grupo C del futbol olímpico.
Túnez, que tiene seis jugadores del equipo que se consagró campeón de la Copa Africana de Naciones, quedó en desventaja sobre el cierre del primer tiempo, cuando John Aloisi anotó desde cerca.
Pero promediando el complemento Mejdi Traoui recibió un despeje del portero Eugene Galekovic y habilitó a Zitouni para que sellara el empate.
El “Loco” no se emociona
Ni el triunfo más holgado desde que tomó las riendas de la selección argentina de fútbol emocionó ayer a Marcelo Bielsa en el excelente debut de su equipo en los Juegos Olímpicos de Atenas.
Bielsa, apodado “el Loco”, apareció conforme, pero muy tranquilo y medido, sin dejarse impactar por la holgada goleada de 6-0 de su selección Sub 23, reforzada con tres mayores, sobre Serbia y Montenegro en el Grupo C, en partido jugado en la ciudad de Patrás, 215 kilómetros al noroeste de Atenas.
“Fue un triunfo cómodo”, dijo Bielsa en la conferencia de prensa posterior al encuentro. El partido “se resolvió en el primer tiempo y en líneas generales fue una buena actuación”.
“Uno no espera antes de un partido que un triunfo se de con una diferencia tan alta”, agregó Bielsa, quien al frente de la selección que participó recientemente en la Copa América de Perú debutó con otra contundente goleada, de 6-1 ante Ecuador. Argentina luego perdió la final ante Brasil por penales.
Durante el partido, Bielsa mostró dos caras: la del primer tiempo, donde mostró sus característicos movimientos en la zona habilitada para los técnicos delante del banco de suplentes, y la del segundo: que reflejó una tranquilidad irreconocible en él.
Al principio, “el Loco” caminó sin parar en toda dirección, gritó constantemente para dar órdenes y acomodar las líneas del equipo, se arrodilló y observó el juego desde uno de los ángulos de la zona, tomó varias veces el elástico de su pantalón y se lo subió desde la altura de la cintura. Estaba nervioso.
El delantero César “El Chelito” Delgado abrió el marcador a los 11 minutos e hizo justicia por lo que Argentina había hecho desde el principio del partido contra un equipo serbiomontenegrino que pareció integrado por aficionados ante los jóvenes, aunque experimentados, argentinos.
Un segundo tiempo más tranquilo
Cristian “Kily” González anotó el segundo y eso tampoco tranquilizó a Bielsa, que siguió con sus característicos gestos.
Sin embargo, cuando apareció la figura del joven delantero Carlos Tévez y anotó dos goles en forma consecutiva, el primero con un remate de zurda y el segundo con un toque de derecha, Bielsa se tranquilizó.
Con la cómoda diferencia de cuatro goles, cuando volvió del descanso apareció un Bielsa casi desconocido y sucedió algo que parecía imposible: se sentó por un buen rato en el banquillo.
La razón era muy simple, el equipo jugó bien y funcionó aceitadamente. El mediocampo pareció un reloj y de cierta manera “escondió” algunos desacoples defensivos del comienzo, especialmente con los centros.
Y arriba, en la delantera, el talento de Andrés D’Alessandro para habilitar y conectarse con Tévez, Delgado y Mauro Rosales hizo quedar en ridículo a la zaga de los europeos.
Así fue como en la segunda etapa Bielsa se relajó y disfrutó con los goles del defensor Gabriel Heinze, con un perfecto golpe de cabeza, y de Rosales para que Argentina justificara desde el inicio del torneo su cartel de gran favorito al título.
Argentina, que perdió dos finales olímpicas ante Uruguay y Nigeria y se tuvo que conformar con las medallas de plata, no puede ganar una de oro en ningún deporte desde los Juegos de Helsinki en 1952, cuando se impuso en remo.
Antes de irse, Bielsa dijo que era muy prematuro para pensar sobre posibles cambios en su equipo titular para el próximo partido ante Túnez. Argentina luego completará en Atenas su actuación de la primera fase ante Australia.
