Presume el Ministerio Público que el móvil es robo.
EL SIGLO DE TORREÓN
TORREÓN, COAH.- El cuerpo de una mujer cuyo rostro quedó desfigurado por la brutal golpiza que le dieron y con heridas cortantes, fue encontrado la noche del martes en el interior de su domicilio de la colonia Fuentes del Sur, donde además el homicida dejó abiertas las llaves del gas para simular un suicidio. Las autoridades siguen varias líneas de investigación de este crimen que es el primero del año y cuyo móvil, se presume, fue el robo.
La occisa respondía en vida al nombre de Guadalupe Amalia Alonso Carranza y tenía 41 años de edad. Vivía en Cerrada San Rito No. 317 del citado sector habitacional, donde también habitan dos de sus hijos: Manuel Alberto y César Miguel, ambos de apellidos Gómez Alonso, de 24 y 20 años respectivamente. Un tercero, de nombre José, reside en León, Guanajuato.
De acuerdo a las primeras indagatorias realizadas por Yolanda Ezqueda Moreno, agente en turno del Ministerio Público de Delitos Contra la Vida y la Salud Personal, mesa uno, Coordinación “A”, Guadalupe Amalia realizó una llamada telefónica a eso de las 16:00 horas.
El telefonema lo hizo a casa de Alfredo Sánchez Puentes, de 41 años, con casa en avenida Capullo No. 461 de la colonia Nueva California, ya que se hallaba preocupada al no tener noticias desde el pasado viernes dos de enero de su hijo Manuel Alberto.
Alfredo le confirmó que Manuel Alberto estaba bien y que dejara de preocuparse, pues ese día (el martes) por la tarde, regresaría a su domicilio sin dilación.
Posteriormente, a las 18:00 horas, la mujer arribó a la vivienda a la que apenas hacía tres meses se había cambiado, luego de cumplir con las obligaciones de su trabajo.
Con una incapacidad permanente dictaminada por una institución de seguridad social, a causa de un padecimiento crónico en sus piernas, Guadalupe Amalia disfrutaba de una pensión y además se allegaba un poco más de recursos cuidando a una religiosa, haciendo las veces de “dama de compañía” y de lo poco que le daba su hijo Manuel Alberto.
Vecinos del lugar comentan que se mantenían apartados de los recién llegados, toda vez que con frecuencia se escuchaba música a todo volumen y eran muy quisquillosos para atender las quejas al respecto.
El hallazgo
A oscuras y perfectamente cerrada, Manuel Alberto encontró así la casa cuando regresó el martes seis de enero a las 22:30 horas. En su interior se escuchaba que uno de los televisores estaba encendido a todo volumen.
Cuando entró, percibió de inmediato un fuerte olor a gas, por lo que se dirigió a la cocina observando que las cuatro llaves de la estufa estaban completamente abiertas, procediendo a cerrarlas y luego a ventilar la habitación.
Al acudir a la sala donde estaba el televisor a todo volumen, encendió la luz y fue cuando hizo el impactante descubrimiento: el cuerpo de su madre, con el rostro y cráneo ensangrentados, se hallaba sobre uno de los sillones.
En la cara se observaban las huellas de golpes, al parecer realizados con un objeto contuso, así como diversas heridas cortantes en manos, brazos, pecho y una más en la región lumbar (espalda baja) de la infortunada víctima.
Sin saber qué hacer recurrió al auxilio de los vecinos aledaños, pero nadie se dignó siquiera a abrirle la puerta, hasta que una mujer se apiadó de la angustia del joven y le permitió hablar por teléfono.
Primero se comunicó con su amigo Alfredo, quien le aconsejó que llamara al 060 para que notificara de lo anterior a Seguridad Pública y a la Cruz Roja, que se trasladaron en cuestión de minutos hasta el lugar.
Una vez que los socorristas confirmaron el deceso de la mujer, se dio parte al Ministerio Público para que se constituyera en el sitio y diera fe del cadáver, que luego de su levantamiento fue trasladado al anfiteatro para la necropsia de Ley.
Conjeturas
Con la desaparición del bolso de mano de la víctima, así como una cadena de oro, un “discman” y una chamarra, el Ministerio Público presume como móvil del crimen el robo y que el ejecutor fue una persona que conocía plenamente.
Ezqueda Moreno manifestó lo anterior luego que Manuel Alberto señaló la falta de los citados objetos en el sitio del homicidio, donde también se observaron manchas de sangre en la mayor parte de la vivienda.Indicó además que por lo general siempre llevaba entre dos mil y tres mil pesos en efectivo en su bolso, ya que se distinguía como una mujer que administraba bien el dinero.
De acuerdo a los resultados de la necropsia, Guadalupe Amalia falleció a consecuencia de una broncoaspiración secundaria al traumatismo craneoencefálico que sufrió debido a los fuertes golpes que le propinaron. De momento, dijo Yolanda Ezqueda Moreno, no se cuenta con un presunto responsable, por lo que se siguen varias líneas de investigación para dar con la identidad y el paradero del homicida.
Sospecha
Aunque el Ministerio Público negó tener a un presunto responsable por la muerte de Guadalupe Amalia Alonso Carranza, la Policía Ministerial señala directamente a uno de sus hijos: César Miguel Gómez Alonso.
Según el boletín informativo que emite a diario la citada corporación, César Miguel está señalado como el probable responsable, toda vez que este sujeto es asiduo consumidor de alcohol y drogas y frecuentemente tenía enfrentamientos verbales con su progenitora.
La sospechosa desaparición de César Miguel, quien aún no ha sido localizado para que declare en torno a los hechos, reafirma la hipótesis de la Policía Ministerial, pero será hasta que la representación social a cargo de la indagatoria determine con pruebas si es el homicida o no.