Copenhague, (EFE).- El consumo de cafeína antes del embarazo aumenta el riesgo de aborto entre un 30 y un 70 dependiendo de la cantidad ingerida, según un estudio de la Asociación Danesa contra el Cáncer y el Instituto Estatal de Salud Pública de este país.
El estudio se realizó con unas 11.000 mujeres de entre 20 y 29 años a quienes el equipo científico siguió desde antes de que se produjera un eventual embarazo hasta que ocurriera un aborto espontáneo o el nacimiento de un niño.
De las que quedaron embarazadas, 303 sufrieron un aborto espontáneo mientras que 1381 dieron a luz.
De entre las mujeres que a diario tomaron hasta tres tazas de café antes de su embarazo, el 15% sufrió un aborto espontáneo.
De entre las que tomaron más de tres tazas de café a diario el 19% sufrió un aborto.
"Me gustaría poder ofrecer un límite concreto de cuánto café se puede consumir antes de que se convierta en riesgo, pero es imposible, sólo podemos afirmar que el riesgo aumenta gradualmente por cada taza de café", dice Janne Tolstrup, la directora del proyecto en declaraciones al diario "Politiken".
En la investigación también se tuvo en cuenta el consumo de alcohol previo al embarazo, pero el equipo de expertos concluyó que nada determina que el alcohol incremente el riesgo de sufrir un aborto espontáneo.
La publicación de este estudio coincide con la solicitud, por parte de algunas empresas danesas, de añadir cafeína a la leche y la cerveza.
La solicitud ha creado alarma en el Instituto Nacional de consumo danés, pues la cafeína, además de provocar riesgo de aborto en las embarazadas, puede tener una variedad de efectos secundarios en los niños.
La ley danesa sólo permite añadir 150mg de cafeína a los refrescos, mientras que una nueva directiva de la UE dispone que los productos deben especificar si contienen más de 150mg de cafeína por litro, lo que ha sido interpretado por la industria como una posibilidad de expandir el uso de esa sustancia.
La Consejera de Alimentación, Dorte Pedersen, declaró a Politiken que la cuestión de la cafeína no se había planteado antes, pero que el Gobierno tampoco está interesado en potenciar el uso de una sustancia que implique un peligro para la salud del consumidor