Si bien es cierto que una de mis metas en la vida es la promoción del deporte en general y en especial el fisicoconstructivismo, es necesario destacar ciertos puntos importantes.
El levantamiento de pesas ejerce una acción pro salud, antivicios, disciplina, incrementa nuestra fuerza de voluntad y despeja la mente, así como para colmo y por último, genera estética.
Las(os) jóvenes que se inician en este deporte deben aprender a mantener su postura deportiva en un punto sano en el cual la balanza no se incline en favor del egocentrismo o quizá el narcisismo. Por tanto, lo que es una bellísima disciplina deportiva puede acabar siendo un horrible vicio antinatural.
Los seres humanos tenemos la capacidad de transformar las cosas hermosas de la vida, en más bellas o simplemente en monstruosidades. El individuo, recordémoslo, no sólo se compone de cuerpo, sino también de mente y espíritu; el balance en las proporciones adecuadas es importante. De qué nos sirve tener un excelente físico, si nuestra calidad humana de entrega anda por los suelos, igualmente de qué sirve ser Miss o Mr. México si se es analfabeta.
Meditemos un poco hacia dónde nos lleva nuestra vida como deportistas, esperamos y deseamos sean las más altas metas, pero sobre todo las más realistas; recordemos que el cuerpo es un soporte para que nuestro espíritu pueda controlar a nuestra voluntad para bien de los que nos rodean.
El cuerpo es un vehículo de transporte sobre esta vida, meramente temporal, que sin lugar a dudas muere, sin embargo el espíritu continúa. Entonces pues, revaloremos nuestras prioridades e inclinemos la balanza de nuestra vida.
Para que deje una verdadera huella de crecimiento en aquellos que nos rodean, seamos un árbol fuerte y hermoso, pero que dé frutos, de los cuales todos los que nos rodean se alimenten y a su vez den frutos también.
Hasta la próxima...