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MÉXICO, DF.- Al viajar en avión muchos de nosotros abordamos con la incógnita de qué comida nos servirán y si será de nuestro agrado, pero lo que nunca imaginamos es el proceso y cuidados que hay detrás para que un platillo llegue caliente hasta la mesa de servicio.
Y aunque lo más recurrente en vuelos cortos son los cacahuates, factores como el aire seco, la altura, el peso y la presión del avión provocan que no cualquier alimento o botana pueda servirse a bordo.
Arturo Peña, subdirector de productos y servicios al cliente de Aeroméxico, explica que los alimentos que sirve la aerolínea se basan en estudios de mercado de acuerdo con las preferencias y perfil del pasajero.
?Cuidamos que sean alimentos fáciles de digerir, ligeros y ligeramente condimentados. Creemos que el viajero aprecia que se le ofrezcan marcas reconocidas por calidad, tanto en bebidas, vinos y comestibles?, dice.
Pollo, carne, pasta, pescado, salmón, frutas y postres son las raciones que se sirven montadas en galleys -contenedores- estratégicamente colocados para facilitar el trabajo a las sobrecargos.
Para servirlos se toma en cuenta el horario, la duración y el itinerario del vuelo. El peso promedio máximo que está permitido llevar en cuanto comestibles es de una tonelada y media. El costo promedio por pasajero oscila entre 20 a 80 pesos por un alimento caliente.