14 de mayo 2004.
México, (Notimex).- El secretario de Gobernación, Santiago Creel Miranda, aseveró hoy que la democracia es necesaria para combatir la corrupción, por lo que "no podemos creerle a los políticos que se dicen democráticos, pero toleran la corrupción", fomentan la impunidad y se hacen de la "vista gorda".
"Aquí no puede haber medias tintas. Quien disculpa a los corruptos, quien se hace de la vista gorda de la corrupción, quien fomenta la impunidad, ciertamente no está siendo democrático", estableció el funcionario.
Al participar como testigo de honor de la firma de un convenio de colaboración entre Parlamentarios Latinoamericanos contra la Corrupción (PLACC) y la Organización de Estados Americanos (OEA), Creel Miranda señaló que existe una contradicción inseparable entre la democracia y la corrupción.
Advirtió, en tal sentido, que "cuando la corrupción se liga con la delincuencia organizada las consecuencias son todavía peores porque se socava la estabilidad política y se opera contra la gobernabilidad de las instituciones y la gobernabilidad democrática".
Dejó claro que la democracia es "necesaria para poder combatir la corrupción, porque la corrupción igualmente atenta contra la justicia social, agravia a los que menos tienen y, sobre todo, crea desconfianza, descrédito de la propia democracia y de sus instituciones".
Ante el presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado de la República, Diego Fernández de Cevallos; la presidenta de la PLACC, Anel Townsend, y el coordinador de de Programas Estratégicos de la OEA, Rubén Perina, el funcionario destacó la necesidad de consolidar la democracia en el continente americano.
"Los avances, sin duda, son notables, pero habrá que reconocer que esos cambios, esas transformaciones, no garantizan la consolidación plena de las instituciones democráticas de estas naciones que acaban y recientemente han transitado hacia la democracia. La consolidación plena requiere una cultura democrática y una vida cotidiana marcada por la democracia", externó.
Planteó que, no obstante, existen obstáculos para lograr la democratización plena de las sociedades del continente americano, entre los que se encuentra la corrupción.
Y es que, anotó, "la corrupción disminuye la eficiencia de las democracias y restringe el crecimiento económico", en tanto que "no puede haber un crecimiento sostenido y sustentable con corrupción.