La última semana de mayo Guadalajara será sede de reuniones del más alto nivel entre funcionarios gubernamentales y organismos sociales de Iberoamérica y de la Nueva Europa de los 25. Esta Cumbre a pesar de la tercera en la que se han reunido los jefes de Estado o de Gobierno de estas dos macrorregiones, va a tener la peculiaridad de ser la primera en la que los países de la Unión Europea suman ya 25, tras la adscripción de los diez que el pasado primero de mayo se integraron a los 15 que paulatinamente desde 1951 han ido forjando la nueva Europa comunitaria, convertida ya con eso en el mercado de productores y consumidores más importante del mundo.
Este hecho supone ya en sí mismo un gran beneficio para México en general y para Guadalajara en particular. El hecho de que durante los primeros días se reúnan ministros de diversas carteras relacionadas con temas de economía, finanzas, comercio, cultura y asistencia social y vicecancilleres, para posteriormente dar paso a la reunión de los cancilleres de 58 países de las dos regiones y el 28 de mayo sea la magna reunión de jefes de Estado o de Gobierno, hará que Guadalajara y México vuelvan a estar en ese escaparate mundial informativo, que bien utilizado a través de estrategias de comunicación y relaciones públicas, pueda traer consigo beneficios en turismo, inversión extranjera, el comercio exterior.
Pero además la Cumbre se centrará en dos temas de gran importancia: La “Cohesión Social” y el “Multilateralismo Efectivo”. Por cohesión social entiende la agenda de trabajos de esta Cumbre de Guadalajara la lucha consistente y sostenida de los países participantes en contra de la marginación, la pobreza, de desigualdad y la exclusión social.
No será fácil ni siquiera el acuerdo en torno a definiciones básicas a estos problemas, puesto que muchas veces las ópticas de los países desarrollados son distintas a las de aquéllos en los que abunda la pobreza.
Los primeros plantean muchas veces que se requiere un esfuerzo de los segundos para superar por sí mismos esas deficiencias culturales y económicas puesto que de lo contrario pueden convertirse en pordioseros permanentes que siempre estén anhelando recibir apoyos gratuitos de los segundos. Sea lo que sea, mientras no se rompa el círculo vicioso que plantea esta doble visión del problema no se alcanzará la cohesión social.
El tema del multilateralismo efectivo parece plantear también otro problema de difícil resolución; Uniformidad cultural económica y social o libre respeto a las diferencias de personas y pueblos. Anticipo que creo difícil que se llegue a acuerdos sustanciales cuando son tantos los países y las visiones concurrentes, pero precisamente en la magnitud del evento está ya la riqueza de su presupuesto. ¡Qué bueno que Guadalajara y México sean punto de reunión de personajes tan diversos en busca de acuerdos!
