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La educación es la tabla de la salvación

Luis Maeda Villalobos

Nadie podrá negar que nos encontramos al borde del precipicio profundo, que es el desorden o caos. Las políticas han sido erráticas y es bien conocido que el país va sin rumbo, sin faro de luz, en un mar embravecido por las ambiciones del poder o las tendencias ideológicas o doctrinales.

En el repaso histórico, hemos encontrado que los pueblos del mundo han pasado por una situación semejante, pero también han surgido soluciones que es importante considerar.

Todos al final incidieron que la única solución al desorden imperante es la educación, considerando que la pedagogía es una ciencia y el método de la enseñanza que lleva de la mano a eliminar de un solo golpe la corrupción de quienes ostentan cargos públicos, que más tarde heredan a sus compadres, hijos o parientes, con la bandera siempre del cambio, que como se ve, sólo es de una mano a otra. El verdadero cambio debe ser del hombre, con la educación y nunca con engaños, porque cambio significa evolución que se hace paso a paso con gente educada, honesta, virtuosa, con preparación académica y con mucho amor patrio.

Con la educación, al individuo se le estimula el desarrollo de los talentos, vocaciones y virtudes, impresos en el genoma o código hereditario, que los hace profesionales y habilidosos en las distintas disciplinas de la ciencia y la tecnología, a su vez magníficos políticos, jamás improvisados, corruptos, y por vocación, son virtuosos, porque tiene la capacidad constante de obrar bien.

Con la educación desaparecerá la caterva de improvisados en todos los niveles, que han llevado al país al desastre en que vivimos, tanto social, como económico, cultural y político, por ambiciones personales, luchas por el poder, con ideologías exóticas, sin considerar la idiosincrasia del mexicano.

Los verdaderos líderes, son los maestros y paladines, quienes con sus virtudes de hacer el bien, tienen la obligación moral y humana de salvar al país, enseñando en las aulas la historia auténtica, sin falsos héroes, estimulando las virtudes del hombre y sin tendencia alguna, porque es allí, en las aulas, donde se conoce la verdad, la belleza, la impartición de la justicia en el fiel de la balanza, fincada en el derecho y las facultades de la repartición justa de la riqueza. Es en las aulas, donde se aprende el significado de la conservación de la Naturaleza y sus recursos, indispensables en la supervivencia de los seres vivos y del hombre mismo.

Con una buena educación, se eliminan de un solo golpe, el hambre, la pobreza, aumentan la producción y el empleo, disminuyen los problemas sociales como el vandalismo, los secuestros, los crímenes, la drogadicción y el éxodo de los hombres del campo, que abandonan sus hogares para ir a la aventura a otros países, en busca de trabajo, como está sucediendo en el campo mexicano.

Como arma fuerte, la educación es el alimento del temperamento y es formador del carácter del hombre, para dotarlo del conocimiento de las cosas, de darle a entender cómo son, porqué son y para qué sirven y que mientras no se obtenga esa virtud, no se podrá tener conciencia. El saber leer y escribir, permite al individuo interpretar las oscuras leyes de índole administrativo y social, además de las normas morales de conducta y con ello, obligar a gobernar a los políticos, con su propio ejemplo de honestidad y sus virtudes, eliminando los clones transgénicos, que nada tienen de virtuosos, ni de educación.

Esto quiere decir que de nada sirve la lucha de renovación o el pregonado cambio demagógico, si se desoye la dignidad, el cultivo de las virtudes con la enseñanza, el estímulo al desarrollo de los talentos o facultades humanos, que pierde la ética, con mayores exigencias de presupuestos económicos y mayores impuestos a un pueblo empobrecido en un cincuenta por ciento.

Cuál cambio vemos, cuando en el mundo no hay paz, aumentan los pueblos tercermundistas o en desarrollo, como ahora se conocen. Se destruye el medio ambiente con una mayor contaminación, por las propias necesidades del mundo -curiosamente, los países ricos son los que están causando mayores daños, provocando el efecto invernadero-, con cambios climáticos, la destrucción de la capa de ozono, la contaminación de los mares, que se han convertido en verdaderas cloacas. Aumenta cada día la basura, los desechos peligrosos y radiactivos que no se sabe qué hacer con ellos, desaparecen los bosques y crecen los desiertos y la fauna silvestre desaparece.

Ese destructor no es el Homo sapiens sapiens, es el bárbaro inculto y mal educado, que no es amigo de la sabiduría, mientras los maestros y profesores duermen...

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