Los problemas que causa la presión alta se pueden evitar con un diagnóstico oportuno, visitando al especialista en hipertensión para, en caso de que detecte el mal, se den los primeros pasos para su control.
Los especialistas dicen que la hipertensión es una enfermedad crónica, por lo general asintomática, que muchas veces es detectada tardíamente, cuando ya se han presentado complicaciones cardiovasculares mayores.
El diagnóstico oportuno puede representar un reto, que de ser afrontado positivamente por el paciente, puede traducirse en múltiples beneficios para él y su familia. Al realizar el descubrimiento de la enfermedad a tiempo, el paciente adopta una actitud proactiva para conocer más a fondo este padecimiento y, desde luego, el enfoque que el médico tratante adopte para transmitir el diagnóstico.
UN PASO A LA VEZ
Cuando se es hipertenso hay todo un trayecto preventivo que se puede emprender, relacionado con los factores de riesgo con su forma de vida y un tratamiento farmacológico adecuado, que en conjunto le pueden garantizar no sólo tener más vida, sino mejor calidad en ella.
Hay factores de riesgo, como la obesidad, el tabaquismo, el estrés, que incrementan las posibilidades de que una persona sufra hipertensión. Sin embargo, hay otros factores que escapan al control del individuo como la diabetes.
En lo referente a tratamientos farmacológicos para la hipertensión, existen distintas familias de antihipertensivos.
La familia más nueva es la de los bloqueadores del receptor de angiotensina II, a la que pertenece Valsartan, sustancia activa de un antihipertensivo de efectividad comprobada desarrollado por Laboratorios Novartis.
Como antihipertensivo, Diovan contiene la sustancia activa Valsartan, que cumple con los requisitos básicos de efectividad, seguridad y tolerancia, razones por las que entre otras muchas, es el antihipertensivo más prescrito en países como EU.
Controla efectivamente la presión, es decir, que disminuye las cifras tensionales, sin hacer que el paciente se sienta mal por el proceso de adaptación de su organismo, brinda seguridad a largo plazo, lo que implica que protege los órganos blandos, como corazón, retina, riñón y cerebro que, por lo general, se ven afectados por la hipertensión y, por ende, que el enfermo puede tomar el medicamento en forma indefinida.
