Washington, (EFE).- Dos estudios realizados en EU confirman que la hipnosis ayuda a aliviar "significativamente", aunque no a erradicar, el dolor crónico, que algunos en afectados se manifiesta, según describen, como "si unas agujas me atravesaran los brazos".
Los buenos resultados han sido avalados por dos estudios, a los que ha tenido acceso EFE y que serán publicados próximamente en revistas médicas de EU.
Investigadores del Scott and White Hospital en Texas y de la Universidad de Pittsburgh recurrieron al hipnotismo para tratar a pacientes aquejados de cáncer terminal y fibromialgia -molestias severas en los tejidos fibrosos y musculares-, respectivamente, con una considerable reducción del dolor.
"El alivio del dolor fue del 6.5, en una escala del uno al diez", dijo a EFE Gary Elkins, quien lideró el proyecto de investigación del Scott and White Hospital, en el que participaron 39 pacientes con metástasis ósea y cuyos resultados saldrán publicados en noviembre en "The Journal of Cancer Integrative Medicine".
Para Elkins, el proyecto acarreó una gran carga emocional, ya que los participantes en su investigación están abocados a una muerte prácticamente segura. Aun así, resultó satisfactorio "facilitarles las herramientas para ayudarles a sobrellevar el dolor".
Elkins, que presidió la Sociedad Estadounidense de Hipnosis Clínica entre 1996 y 1997, cree que el hipnotismo está "infrautilizado", aunque vaticina un despegue de la disciplina, porque los escáneres para supervisar la actividad cerebral (PET, MRI y EEG) han demostrado cambios en la percepción sensorial de los individuos sometidos a esta técnica.
Al mismo tiempo, investigadores de la Universidad de Harvard descubrieron que la hipnosis reduce la necesidad de anestesia durante las intervenciones quirúrgicas y acelera la recuperación postoperatoria.
"Existe una relación entre mente y cuerpo y si somos capaces de entenderla podremos ayudar a mucha gente", destacó Elkins, quien ve con buenos ojos el que el National Institutes of Health (INH) -máxima autoridad en temas de salud- haya decidido crear un Instituto para Medicinas Alternativas.
La hipnosis, un estado de trance en el que el consciente deja paso al subconsciente, generalmente mediante técnicas de relajación, permite que el individuo se libere de sus inhibiciones, lo que facilita la sugestión.
Pero no todo el mundo sucumbe a los hechizos hipnóticos. "El porcentaje de la población que reacciona positivamente a la sugestión oscila entre el 10 y el 20 por ciento", dijo a EFE Stuart Derbyshire, uno de los médicos que dirige el estudio de la Universidad de Pittsburgh, proyecto conjunto con la University College of London.
Derbyshire señala que las personas con mayor capacidad de concentración e imaginación suelen reaccionar mejor a la hipnosis. El haber tenido un amigo imaginario en la infancia es el mejor indicio, dice.
El estudio de la Universidad de Pittsburgh, en el que participaron 28 personas (13 aquejados de fibromialgia y 15 sanos) arroja resultados similares a los de Texas, aunque lo sorprendente es que "los 15 participantes con un sistema neurológico totalmente normal atravesaron experiencias dolorosas inducidas mediante sugestión".
El resultado prueba que la hipnosis puede funcionar en ambas direcciones y que individuos sanos, los llamados enfermos imaginarios, pueden experimentar dolor.
Pero no falta quien critique una disciplina que aspira al reconocimiento científico y en la que a menudo se dan cita truhanes y charlatanes mediáticos de toda condición.
Graham Wagstaff, profesor de la Universidad de Liverpool y uno de los participantes en el simposio de la Sociedad de Psicología Británica que se celebró esta semana, cree que "las pruebas fisiológicas de la hipnosis se han exagerado".
A los que como Daria Milman el hipnotismo les ha cambiado la vida no les preocupan los debates de turno. Milman, una pianista de 46 años de Nueva York, sufrió dolor crónico durante años debido a una lesión en los brazos causada por estrés de repetición.
"En 1998 sufrí un dolor en los brazos que me dejó prácticamente paralizada", dijo a EFE la pianista, que estuvo varios años sin poder trabajar.
El hipnotismo me salvó la vida", apunta Milman quien ha vuelto a tocar el piano, aunque no tan intensamente, y lleva una vida normal.