No es posible creer que algunos laguneros sean émulos de los campesinos de San Salvador de Atenco, quienes movidos por líderes y con machetes amenazaron a las autoridades, por encima del derecho y la Ley. En ese caso no hubo derrama de sangre por fortuna, gracias a la prudencia del Gobierno que intervino equilibrando las cosas.
Digo esto porque la sociedad organizada en Laguneros por el Agua A.C. y el Consejo Ecológico de Participación Ciudadana de Torreón A.C., atentos al problema de la construcción de las presas sobre el río Aguanaval, ven en la reflexión sensata, que los proyectos de dichas presas han sido analizados por técnicos en la materia hidráulica y la Comisión Nacional del Agua les ha mostrado la Manifestación del Impacto Ambiental (MIA), además de la aceptación en un noventa por ciento de los campesinos, con sus firmas de derechos concesionados con anterioridad, quienes ven con beneplácito dichas obras.
Las protestas públicas del sector empresarial (Coparmex) y el famoso Consejo Lagunero de la Iniciativa Privada (CLIP), junto a la Dirección de Ecología Municipal y el Instituto Estatal, desorientan a la ciudadanía con una supuesta oposición, teniendo en el trasfondo, que los empresarios solapan a los neolatifundistas, quienes se han adueñado mañosamente de las tierras y aguas perimetrales a las presas proyectadas para el Aguanaval, que no son captadoras sino reguladoras de las corrientes del río y rompepicos en las avenidas esporádicas y extraordinarias. Ambas presas, favorecen la recarga de los acuíferos regionales de La Laguna.
Hay algo más grave en el asunto, porque hemos visto y leído, que dichos organismos empresariales y el Gobierno actual, han vertido la amenaza, soliviantando los ánimos entre los campesinos opositores, pagados por los terratenientes; grupos desorientados que con machetes defenderán los supuestos derechos, provocando así un posible enfrentamiento entre la gente del campo, cosa incongruente ante la situación de corrupción por la que cursa el país, en estos momentos en que se ha destapado la cloaca.
La historia será testigo y con la corrupción vista por la ciudadanía, emitirá un Yo acuso, si por alguna circunstancia se llega a algún conflicto con derrama de sangre, todo por solapar intereses e inmiscuirse en asuntos ajenos a sus cometidos.
Los empresarios, algunos, se han convertido en redentores y dueños de toda opinión pública, por lo que serán juzgados por la historia, repito.
El Consejo Ecológico de Participación Ciudadana de Torreón, A.C. propone ante esta situación delicada, que la Coparmex y el CLIP, se ocupen de sus labores específicas, de traer más capitales e industrias para el combate al desempleo y la crisis económica de la región. Que Ecología Municipal y Estatal resuelvan la contaminación de la atmósfera, agua y suelos. Que recuperen las aguas residuales y finiquiten el problema de la basura y los desechos peligrosos en Matamoros, Coahuila, asunto que está pendiente todavía. Que los Gobiernos federal, estatal y municipal, se ocupen de la evaluación del acuífero regional o principal, porque de ello depende la supervivencia y el futuro de La Laguna de Coahuila y Durango.
Que recuerde la Coparmex, el CLIP, Ecología Municipal y el Gobierno estatal, el evento de 1968 con la gran avenida del río Nazas, pues si no se hubieran construido las presas Lázaro Cárdenas y la Francisco Zarco, habrían desaparecido las poblaciones de Lerdo, Gómez Palacio, Torreón y demás municipios. Gracias también a la oportuna y atingente participación de un gran lagunero, Gobernador de Coahuila, don Braulio Fernández Aguirre, con la construcción del bordo de protección en la margen derecha del río Nazas, Torreón se hubiera inundado totalmente.
En 1991 pasó lo mismo y gracias a las presas, no hubo mayores desgracias y se establecieron los ciclos agrícolas anuales, con excepción en los años de estiaje y sequía. Si acaso se ha modificado el ecosistema, como afectación antropogénica e inteligente, ha sido en beneficio de la supervivencia de La Laguna. Por otro lado, la tala inmoderada de los bosques en la cuenca alta e intermedia y el mal manejo del recurso agua desde los años cincuenta, es otro asunto, como lo es el efecto de invernadero con los cambios climáticos causados por la concentración de gases, humos y polvos en la atmósfera que es un fenómeno mundial.
La ciudadanía con su derecho constitucional con voz y voto sin ningún otro interés en el problema de las presas en el Aguanaval, considera a dichas obras como benéficas y entre otras cosas, no habrá inundaciones en el cuadro de Matamoros como seguido acontece. Que quede escrito para la historia, que mientras los técnicos en hidráulica, los ambientalistas éticos, los defensores de los derechos legítimos de los campesinos ribereños, el Gobierno Federal y del estado de Durango, están de acuerdo en forma pacífica en que se construyan esas obras del Aguanaval y no exista más desorientación de los empresarios e instituciones municipales, porque hay mucha tela qué cortar y aclarar. Esta es la voz ciudadana, licenciado Raúl Sifuentes, que se manifiesta oportunamente.