EDITORIAL Caricatura editorial columnas editorial

La impaciencia ante la transición

Juan de la Borbolla R.

Un problema que enfrentan los países que han entrado en un proceso de transición política para superar un período donde imperó la hegemonía de un sistema político representado en un personaje dictatorial o en un partido único, es el de la nula o poca cultura política existente entre los ciudadanos de ese país en el momento de desarrollarse tal proceso de cambio.

La falta de cultura política se manifiesta en el criticismo continuo de los que han perdido los privilegios tenidos con el régimen defenestrado o aquellos otros que se habían acostumbrado a él, faltándoles capacidad al cambio, o bien los que ven en el proceso de transición una especie de acto de magia del que esperan toda clase de prodigios inmediatos por el hecho de haber desaparecido el antiguo régimen.

Para que la transición política prospere, se requiere la conjunción, la cultura política, junto a la activa participación comprometida de los ciudadanos que buscan el cambio y que a base de conocer, de enterarse de las condiciones sociales en que se está dando el proceso, se logre una plataforma que permita a los nuevos gobernantes surgidos de un esquema diferente al absolutista o totalitario del régimen anterior, el apoyo necesario para consumar los cambios de fondo propugnados.

La transición mexicana está pasando por momentos de enorme dificultad, que esperemos sean remontados a fin de que el proceso de cambio resulte para bien. Hay que recordar que el cambio también puede ser negativo, retardatario y perjudicial para la persona o institución que lo promueve.

Por una parte existen ingenuos que pensaron que con el simple cambio del partido en el poder se darían como por encanto transformaciones sustanciales en la forma de ser, de trabajar, de lucrar y de concebir la política por parte del grueso de la población. En ese sentido hubo personas aun más ingenuas que pensaron que México pasaría de ser un país con grandes precariedades a potencia económica mundial por el simple hecho de que un partido que detentó el poder durante 71 años dejara de ser cabeza en el Poder Ejecutivo, sin considerar la enorme influencia que aun tiene en la mayoría de los gobiernos de los estados y por supuesto en el Poder Legislativo tanto federal como en el de las entidades de la federación.

Muchos de esos ingenuos son en estos momentos buenos instrumentos de repetición de las frases y consignas lanzadas por muchos de los actores del régimen derrotado en las urnas en 2000, o de aquellos que desde las trincheras periodísticas de dicho régimen se beneficiaron y añoran el regreso de tales tiempos pasados. El gran peligro de la transición es que se frustre por la impaciencia de quienes creyeran que es ese cambio mágico del que hablamos antes, siguieran el dicho popular del “más vale malo por conocido que bueno por conocer”.

Leer más de EDITORIAL

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 86521

elsiglo.mx