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La jaqueca del Gobernador

Gilberto Serna

Para el Gobernador saliente, el desenlace de los comicios celebrados en el Estado de Veracruz, se está convirtiendo en un verdadero dolor de cabeza. A nadie le cabe la más mínima duda de que los Mandatarios estatales, de cualquier filiación partidista, buscan la manera de ayudar a un protegido que se encargue de cubrirles las espaldas. Para eso, a fin de evitar sorpresas, suelen involucrar al aspirante proporcionándole grandes cantidades, para gastos de campaña, poniendo a su disposición, por si aquello no fuera suficiente, equipo y personal que trabaja para el candidato pero que cobra en la nómina estatal. Lo que no resulta fácil de probar, por lo que diré como aquella viejecita, a quien habiéndole preguntado cosas del arcano, contestaba: yo no creo en fantasmas, pero de que los hay, los hay.

Eso convierte al candidato, a querer o no, en coautor de desvíos, salvo excepciones muy honrosas, por lo que en adelante no tiene boca para pedirle cuentas al que se va. Luego se repite el mismo escenario en la siguiente elección. Eso ha venido sucediendo desde tiempos inmemoriales con tanta frecuencia que ya nadie se asusta de que así sea. La ciudadanía ha perdido su capacidad de asombro pero grandes fortunas se han ido en un pozo sin fondo, con un tesorero adecuado, sin que nadie haga algo al respecto. Los Mandatarios han procurado rodearse de gente comprometida manejando los comités estatales de su partido político, así como el Poder Judicial y el Legislativo. Extendiendo sus redes a las presidencias municipales y a las instituciones que en el nombre llevan la palabra autonomía pero que de eso no tienen nada porque siempre es uno de sus favorecidos el que se encuentra en el puesto de mando.

Además de todo ello, Miguel Alemán Velasco, se está jugando la postulación de su partido a la Presidencia de la República en el año de 2006, en el que termina Vicente Fox. Tiene que demostrar sus dotes de líder por lo que se le exige que haya gobernado su entidad con tal tino que no deje en manos de la oposición la gobernabilidad de la entidad. Es una condición sine qua non que, desde luego, no está contenida en ningún texto jurídico. El tal acierto consiste en que haya sometido a su voluntad a todos los actores que en un estado intervienen y tienen un peso específico en la opinión pública. No olvidar que hay varios tiradores que deseando cazar la misma pieza, esperan que el político cometa una pifia para descalificarlo como posible candidato. Con lo que, ¡oh paradoja!, el cazador se convierte en trofeo.

Imaginemos el monto de las onerosas erogaciones que ha hecho el Gobernador de Veracruz para candidatearse a nivel nacional. De seguro no salieron de su bolsillo. En fin, todo esto viene a cuento por lo que dijo Gerardo Buganza Salmerón que compitió como candidato del PAN en las elecciones celebradas el domingo pasado donde tuvo como rival a Fidel Herrera. En la próxima legislatura local, dentro de casi cien días, el PAN tendrá mayoría, lanzándole la amenaza, Buganza a Alemán, de que los legisladores panistas van a investigar si hubo recursos públicos en la campaña de Fidel, exigirá responsabilidad a funcionarios del aparato electoral que se hayan prestado a distorsionar los comicios y pondrá bajo una lupa a la administración estatal. Nunca, que me recuerde, se ha presentado un caso así, en que la legislatura llame a cuentas a un Gobernador.

En fin, es tan fuerte la jaqueca de Miguel, que le ha pedido a su mujer, Cristhian (Martell) Magnani que, a velocidad del rayo le prepare unos chiqueadores, de gruesas hojas de epazote, para pegárselos en las sienes. (Chiqueadores: remedio casero que daba buen resultado a nuestros ancestros).

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