Reportajes

La lucha de las “Musas”

Cristal Barrientos Torres

Acuden madres de familia a Mujeres Solidarias en Acción Social para tener fuerza interna.

EL SIGLO DE TORREÓN

Torreón, Coah.- Atrás quedaron las lágrimas y el sufrimiento, pero sobre todo la idea de sentirse todo menos mujer, esposa o madre. Y es que el matrimonio se convirtió, para ellas, en un trabajo parecido al de una sirvienta.

Por años tuvieron la misma rutina: levantarse antes de que el sol saliera para preparar el almuerzo, lavar los platos, trapear, barrer, volver a cocinar y limpiar los trastes, luego seguir con la ropa y la plancha.

Y todo para que al llegar la noche, nadie, ni siquiera por educación, les diera las gracias por mantener la casa en orden. Por eso, más que por el trabajo sin salario, decidieron despertar a la vida.

Ahora, luego de hacer lo necesario para lograr fortaleza interna, un grupo de madres, mejor conocido como Musas (Mujeres Solidarias en Acción Social), hace lo posible por ayudar a otras personas que, como ellas, sufren por la falta de amor y de reconocimiento.

Su centro de reunión es un parque de la colonia donde viven: ampliación Nueva Merced.

Yolanda Rivera Hidrogo tiene 46 años de edad y 23 de casada. Dice que hace años, antes de entrar al grupo, sentía que el aire le faltaba. A los golpes que le daba su esposo, inevitablemente le seguía un llanto desesperado.

“Al grupo venimos a aprender a defendernos, yo era una mujer muy golpeada, pero en las pláticas me enseñaron a valorarme, hasta ahora sé que hay instituciones donde nos pueden apoyar, incluso ya podemos orientar a otras personas”.

Con el tiempo le fue perdiendo el miedo a las amenazas de su esposo. Cuando se decidió a demandarlo, nunca más se atrevió a ponerle una mano encima.

“Temía que le hiciera algo a los niños, ya no podía seguir en esta situación y en el grupo me quedó claro que no había otra cosa más que reaccionar”.

Yolanda es madre de tres hijos. Dice que a consecuencia de los malos tratos de su esposo siempre se desquitaba con ellos. Les daba de comer pero nunca se fijaba si probaban los alimentos o usaban la ropa que les lavaba.

“No tenía tiempo para dedicarle a mis hijos, estaba envuelta en la rutina del quehacer de la casa y la comida, cumplía y ya. Después comprendí que estaba mal y que ellos no tenían la culpa de mi situación”.

Se casó para huir de su familia. Sus hermanos y padre eran alcohólicos. No imaginaba siquiera que en su matrimonio viviría la misma situación. “Cuando le reclamaba por qué se gastaba el dinero en vino me pegaba”.

Tiempo después Yolanda comenzó a trabajar, pero la situación empeoró: “si me daba 400 pesos a la semana ya nada más me entregaba 200 y hasta me quitaba, mejor dejé el empleo. La verdad sentía que estaba a punto de ahogarme, todas las tardes me sentaba debajo de un árbol a pensar, no iba a visitar a mi mamá porque no quería que me viera la cara llena de moretones”.

Las cosas han cambiado. Sigue con su esposo pero ya no discuten, los golpes desaparecieron, incluso sus hijos la ayudan con el quehacer de la casa y se da tiempo para acudir a los talleres.

“El trabajo de la madre no es valorado, cuando los maridos llegan a la casa siempre dicen: ‘qué hiciste, de seguro te estuviste acostada todo el día’, siendo que uno ni tiempo tiene para dormir porque cuando no lavamos, planchamos, trapeamos, hacemos un sinfín de cosas”.

Martha García Alvarado tiene 40 años y es madre de tres hijos varones. Asegura que las mujeres siempre tienen muchas cosas qué hacer desde antes de levantarse, pero nadie lo reconoce. Considera que de ellas depende cambiar esa situación.

“Tenemos que empezar por reafirmar nuestro valor como mujeres y decirle al mundo, al compañero, a los hijos, que no estamos para servirles sino para ser una compañera y ayudarnos unos a otros”, señala.

Dice que en Musas aprendió que la mujer no es un “burrito de carga”, por eso cree que es importante contar con espacios donde puedan expresarse y encontrar soluciones a los problemas de manera conjunta.

“Mi compañero me decía que no podía trabajar pero si ellos no ganan lo suficiente, la mujer tiene que trabajar, tenemos que aportar para vivir mejor, no somos animales para vivir ahí en lo que se pueda”.

Para Martha es primordial que los hombres entiendan que ser pareja es luchar hombro con hombro por los hijos, en igualdad de condiciones. “Hay que valorarnos y decir: mi familia merece algo mejor”.

Después de mucho tiempo de estar sometida al machismo de su esposo, Martha logró conseguir un empleo y desde hace dos años se desempeña como enfermera. Le encanta su trabajo porque dice, es una forma de ayudar a los demás.

“A mis hijos les he enseñado que si ellos ayudan en la casa no les va a pasar nada y que no van a dejar de ser hombres por eso, si ellos lavan un plato no se les va a caer nada, serán tan hombres como siempre pero más humanos y comprensivos, es tiempo de que vayamos haciendo un mundo mejor para las futuras generaciones, creo que mis nueras un día me lo van a agradecer”.

El trabajo de la mujer en el hogar, considera Martha, no es valorado y reta a los hombres a realizar aunque sea por un día todo lo que ellas hacen: “saldrían corriendo... es bueno sentarse a platicar las cosas, nosotros también tenemos derecho a trabajar porque nuestra mentalidad cambia y contamos con elementos para transformar el entorno”.

Magdalena Perales Pérez tiene 28 años de edad y 13 de casada. Es madre de una niña y dos niños. Dice que cuando llegó a la colonia ampliación Nueva Merced vivía en un jacal donde se la pasaba llorando y sola.

Todos los días se levantaba temprano a hacer la limpieza de la casa pero al terminar se sentía vacía. Su esposo se iba antes de las ocho de la mañana y regresaba hasta después de las nueve de la noche.

Un día se cansó de esperar y llorar, sobre todo porque su marido se divertía con otras mujeres, “por eso entré a Musas, eso me ayudó mucho, antes era tímida y ahora me involucro en todas las actividades de la colonia y de la escuela de mis hijos”.

En Musas aprendió a mejorar su relación de pareja. Y es que cuando su esposo llegaba por las noches tomado y oliendo a perfume de otra mujer, inmediatamente Magdalena comenzaba a reclamar.

“Discutíamos mucho pero aprendí que es mejor hablar, además comencé a tener más cuidado en mi aspecto personal, ahora mi esposo llega todos los días temprano y a veces hasta me fastidia porque yo tengo ganas de salir con mis amigas”.

El trabajo de la casa, dice, es ligero cuando se hace con amor y hay quién lo valore. Tanto su esposo como sus hijos, la ayudan con el quehacer y le agradecen todas las atenciones: “Por eso las madres de familia debemos valorarnos más porque así nos sentimos mejor, como la mujer maravilla que todo lo puede, hay que dejar atrás todo lo malo y tratar de cambiar y ser felices”.

Lo mismo cree Antonia Hernández de Torres, quien luego de vivir prácticamente en el encierro por los celos de su esposo, se ha recuperado física y espiritualmente. También logró dejar atrás los amargos recuerdos de su infancia, donde, los malos tratos sobraban.

“Me siento más cerca de Dios que nunca, tengo la fuerza necesaria para salir adelante, para no caer otra vez. Antes me sentía oprimida pero cuando entré al grupo de Musas comprendí que para ser feliz tenía que vencer mis miedos y lo hice”.

Después de mucho esfuerzo, Antonia, además de lograr un cambio de actitud en su esposo, ya no se siente agobiada en su casa: “por eso es importante que las mujeres que están pasando por esa situación asistan a este tipo de grupos para que sigan adelante y no se queden donde están, siempre hace falta que nos den un empujón pero hay que poner de nuestra parte”.

Organización, clave

Evangelina Velázquez Reyes, socióloga y presidenta de Musas (Mujeres Solidarias en Acción Social), lleva más de ocho años trabajando con mujeres a través de diversas actividades. Este año los temas a tratar son género, autoestima, violencia intrafamiliar y empoderamiento.

Cada tema requiere un tiempo mínimo de tres meses y para eso se reúnen dos horas una vez por semana. Y es que según la presidenta, al grupo no se le puede saturar de tanta información porque las mujeres realizan otras actividades diarias.

“La ampliación Nueva Merced es una colonia estrella porque toda su semana la tienen organizada, es un sector que aprovecha todo: grupos, talleres, pláticas, entre otros, son afortunadas en ese sentido porque no cualquiera tiene esos beneficios y hay poca gente que responde como ellas”.

Evangelina Velázquez asegura sentirse satisfecha por la respuesta de las Musas, pues incluso muchas de las integrantes ya están preparadas para ayudar a mujeres víctimas de malos tratos o con baja autoestima.

La socióloga señala que el primer objetivo de los talleres es que las mujeres reflexionen sobre su situación para conseguir resultados. Reconoce que hay problemáticas muy difíciles de tratar como es el caso de la violencia intrafamiliar.

En consecuencia, es necesario solicitar la ayuda de instituciones relacionadas con la violencia intrafamiliar para que les proporcionen atención psicológica, psiquiátrica y legal.

Otro tema difícil es la autoestima: “se trata de que se valoren, de que se quieran porque para querer a los demás primero hay que quererse a uno mismo, no vivir para él o para los demás sino para ellas mismas”.

Un logro importante es que las integrantes de Musas una vez recuperadas se dedican a ayudar a otras mujeres: “ya llegan a las pláticas con otras personas, ellas saben a quiénes les hace falta acudir a los talleres”.

La presidenta de la asociación reconoce que muchas mujeres han abandonado las actividades por su situación económica. La falta de dinero les impide continuar con las pláticas: “es difícil mantener un grupo estable porque hay mucha necesidad, algunas se ven obligadas a desertar porque tienen que trabajar”.

Las integrantes de Musas, asegura, sí han tenido recaídas, pero ahora reaccionan diferente: “han cambiado, ya no son las mujeres que se quedan calladas, hoy responden pero sin agresión, porque en la medida que podamos responder las cosas, en esa medida se nos va a valorar”.

Leer más de Reportajes

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Reportajes

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 87928

elsiglo.mx