De nuevo, son los empresarios los que toman la batuta y marcan la agenda de la sociedad civil.
Como una suerte de eco solidario, Coparmex-Laguna encabezará una marcha silenciosa el próximo domingo, en Torreón, para manifestar el repudio a la creciente ola de inseguridad que vive el país y de la que la región no es ajena.
El presidente del Centro Empresarial Lagunero, Roberto Rodríguez Cruz, anticipa la participación de entre 200 y 250 personas, sólo de las 20 cámaras empresariales que están convocadas a la marcha.
En la forma, es menester señalar que el contingente habrá de concentrarse a partir de las diez horas en la Fuente del Pensador de la alameda Zaragoza, de donde saldrá la marcha una hora después.
Los empresarios caminarán al poniente por la avenida Matamoros para dar vuelta hacia el sur en la Valdés Carrillo; al llegar a la avenida Juárez seguirán hacia el oriente hasta llegar al Palacio Federal, donde tendrá lugar una especie de manifestación, donde algunos oradores lanzarán el reclamo ante los niveles de inseguridad pública que sufre el país entero.
En el fondo, cabe destacar la participación cada vez más proactiva de los hombres de negocios, de los dueños del capital, ante un escenario que se dibuja en tonos grises, muy alejado de los niveles óptimos en cuanto a calidad de vida de la población y certidumbre en el terreno económico-financiero.
Los espacios que quedan vacíos reclaman de inmediato ser ocupados y en materia de seguridad, uno de los aspectos fundamentales para garantizar el desarrollo y bienestar de la ciudadanía, las autoridades y aún los partidos políticos han quedado rebasados. Tienen que ser los empresarios –entonces- quienes enarbolen las causas más sentidas de la población.
Roberto Rodríguez señala que en la manifestación silenciosa participará la mayoría de los integrantes de los organismos y cámaras empresariales de la región, así como sus familiares y amigos para de esta manera externar la inconformidad ante los niveles de inseguridad.
Habría entonces que aplaudir la iniciativa y apoyar la marcha, que en su esencia no puede ser reducida a etiquetas ideológicas, ya que se trata de asumir una postura firme y pública ante un fenómeno que afecta por igual a todas las clases sociales.