La mujer epiléptica enfrenta más probabilidades de procrear un hijo con malformaciones congénitas.
La epilepsia ha tenido diferentes interpretaciones, había pueblos que la consideraban una enfermedad de los dioses, mientras otros la temían como un mal enviado por los demonios.
Pero una realidad es que las mujeres que padecen este problema deben ser tratadas de manera diferente a los varones.
De acuerdo con el neurólogo Luis Enrique Molina Carreón, la epilepsia es una alteración neurológica provocada por actividad eléctrica anormal y causa convulsiones, así como hormigueo y sacudidas corporales, y alucinaciones.
Un dato relevante es que el fenómeno aumenta en la mujer, debido a las variaciones hormonales en sus diferentes etapas de la vida. El tratamiento para ellas es diferente al del hombre para lograr controlar los ataques que se generan durante la menstruación, el embarazo o la menopausia.
En el caso de la mujer es esencial que se mantenga un buen control farmacológico, tanto en el área neurológica como en la ginecológica, para tratar de evitar o disminuir la intensidad y frecuencia de las crisis convulsivas; asimismo, es importante evitar los factores que las recrudecen: tabaco, alcohol y desveladas.
El especialista deja en claro que se debe organizar un registro de las convulsiones durante los periodos menstruales, a fin de identificarlas y tratar de prevenirlas mediante el control de la ingesta de antiepilépticos.
Molina Carreón dice que la epilepsia disminuye la eficiencia de los anticonceptivos hormonales (como la píldora), por lo que si se utilizan como método de planificación familiar pueden fallar y presentarse un embarazo no deseado. En este caso, es importante que además se tenga un control ginecológico adecuado para determinar otro tipo de anticoncepción.
"La mujer epiléptica enfrenta más probabilidades de procrear un hijo con malformaciones congénitas, por lo que es recomendable que haya un control médico antes de la concepción y durante el primer trimestre de embarazo", subraya.
Las alteraciones congénitas más frecuentes son los defectos del tubo neural (parálisis) y labio y paladar hendido.
Las féminas deben tener cuidado en la perimenopausia, etapa en la que comienzan las irregularidades menstruales, ya que favorece las crisis convulsivas, debido a elevación de hormonas en este periodo. La menopausia (ausencia de la "regla") se caracteriza por los niveles prácticamente nulos de estrógenos (hormonas), por lo que hay un mejor control de los ataques epilépticos.
Cuando se prescribe un tratamiento de sustitución hormonal durante la menopausia, dice Molina, se registra un aumento en la frecuencia de las crisis convulsivas, por lo que es recomendable que la mujer identifique si esto ocurre y no deje de atenderse, a fin de evitar repercusiones. Las epilépticas presentan trastornos reproductivos como infertilidad, alteraciones endocrinas, ováricas y periodos anovulatorios