Mientras juega con sus carros, el pequeño Daniel sonríe, pero sus ojos denotan mucha tristeza. Se encuentra solo en su villa de la Casa Hogar del DIF Estatal, pues los demás niños salieron de paseo, pero él no quiso ir. Sentado en el piso, enseña los juguetes que lo entretienen y en la televisión hay caricaturas que de vez en cuando roban su atención.
Dice que sus compañeros de habitación salieron a la presa, pero en su caso, no le gusta el agua, así que prefirió quedarse. Tiene diez años y es muy platicador, pero hay temas que prefiere no tocar. La directora de la institución, Aydé Palacios Moncayo, dice que es un niño muy sensible, el cual tiende a deprimirse muy frecuentemente, aunque se encuentra en tratamiento psicológico.
Y la mirada del niño lo reafirma, es como si sufriera por dentro los estragos que el maltrato le marcó en su corta existencia. Su hermano menor también está en el albergue, aunque señala que lo ve muy poco, pues el bebé está en el área de maternal.
Así, en ocasiones platican cuando salen de paseo, ya que, se asegura, a Daniel no le permiten ir a su área. Pero fue su hermanito quien le regaló algunos de los carros miniatura.
Pronto será Navidad, pero esa fecha no significa nada en especial para este infante. No tiene la ilusión de recibir algún regalo. A pesar de que es muy joven afirma categórico que Santa Claus, ese simpático ser que tanta alegría causa a miles de niños, no existe, así que no acostumbra pedir presentes mediante una carta depositada en el árbol adornado por esferas y luces de colores.
Pero el chiquillo opina distinto de los Reyes Magos, quienes sí son reales, no obstante que tampoco cree que le puedan dar un presente el próximo 6 de enero de 2005.
La fecha que sí tiene grabada en su corazón es la del día que llegó al albergue: el 2 de noviembre del 2002. La recuerda perfectamente y la repite sin problema alguno. Es en ese momento cuando baja su mirada y se vuelve a sumergir en su juego.
Entre dientes dice que su papá le pegaba; por eso lo llevaron a la Casa Hogar. Al preguntarle por su mama, añade que no la conoció, aunque más bien parece una evasiva a su sufrimiento. Y es que Daniel, al igual que su hermano, está en proceso jurídico para que sus progenitores pierdan la patria potestad, aunque la Directora no quiso abundar más en el tema.
En Nochebuena, comenta Daniel que se irá a la casa de su madrina; le gusta ir porque le dan comida muy rica. Enseguida afirma que es feliz en este nuevo hogar al que llegó después de ser víctima de maltrato; hay buenos amigos, aunque otros tantos son ?medio guerrosos?. Empero, su voz cada vez se hace más tenue y prefiere ya no platicar. De esta forma, sigue con sus actividades, guardando para sí eso que no le permite sonreír sin la sombra de la desolación.
FESTEJOS
COMUNIÓN
En la actualidad la Casa Hogar del DIF Estatal aloja a 99 niños, pero serán pocos los que permanezcan en la institución la noche del 24 de diciembre. En estos momentos, varios trabajadores gozan de vacaciones, los menores de edad disfrutan de las posadas y el periodo de asueto de la escuela.
De acuerdo con lo establecido por la directora del albergue, Aydé Palacios Moncayo, 20 infantes tienen el permiso correspondiente para pasar esa fecha al lado de algunos familiares. El resto será repartido entre los empleados, de manera que convivan con ellos en sus domicilios.
Sólo los niños del área especial (aproximadamente diez), que dadas sus condiciones físicas no pueden ser trasladados, serán los que pasen la festividad en el lugar, al lado de personal que los cuide.
Por último, señaló la entrevistada que el DIF apoya al personal con la entrega de pavos o demás alimentos para la cena, pues se trata de que los niños disfruten al máximo este festejo.
