Los invitados tuvieron que someterse a un detector de metales.
12 de junio de 2004
Londres, (EFE).- La reina Isabel II de Inglaterra fue hoy vitoreada por miles de personas que se congregaron en el centro de Londres para presenciar el vistoso desfile de celebración de su 78 cumpleaños.
La ceremonia tuvo lugar en medio de unas fuertes medidas de seguridad custodiadas por numerosos policías a pie y a caballo, al tiempo que los invitados tuvieron que someterse a un detector de metales.
Aunque la Soberana nació un 21 de abril, su cumpleaños tradicionalmente se festeja de manera oficial el segundo sábado de junio para aumentar las posibilidades de que en esta época haga un buen día, de modo que el público pueda ser partícipe.
El clima londinense acompañó hoy a Isabel II, pues brilló el sol en el suntuoso desfile militar conocido como "Trooping the Colour", que data del siglo XVIII y se caracteriza por el paseo de la bandera de la Guardia Granadera.
La Reina ha asistido a ese acto solemne cada año de su reinado de más de medio siglo a excepción de 1955, cuando fue cancelado por una huelga nacional.
Vestida de traje amarillo a juego con un sombrero, la Soberana, acompañada por su esposo, el príncipe Felipe, duque de Edimburgo, hizo un recorrido en carroza por el Mall, la señorial calle que une la céntrica plaza de Trafalgar con el palacio de Buckingham.
En el desfile también participaron la hija de la Reina, la princesa Ana, que siguió a su madre montada a caballo; la condesa de Wessex, esposa del príncipe Eduardo, el hijo menor de Isabel II; los duques de Glouscester y la princesa Alexandra, entre otros.
Tras el recorrido por el Mall, en cuyas aceras se agolpaban británicos y turistas curiosos, la comitiva llegó al palacete de la guardia montada, conocido como "Horse Guards Parade", donde la Reina pasó revista a un contingente de soldados de la guardia real.
"Es pompa y ceremonia. Eso es lo que el Reino Unido hace mejor que nadie en el mundo...Nací en Edimburgo, pero he crecido en Toronto (Canadá) y esto es una de esas cosas que hay que ver al menos una vez", comentó el turista John Bryce.
Después de la ceremonia, la familia real regresó al palacio de Buckingham para saludar desde el balcón a la multitud, que aclamó a la Reina agitando banderas británicas, y presenciar una exhibición aérea de once aviones de la Fuerza Aérea Británica.