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La renuncia/Jaque Mate

Sergio Sarmiento

“Fue más que imprudente haber realizado este evento con una característica electoral. Está fuera de lugar y fuera de tiempo”.

Vicente Fox

EEste domingo pasado Felipe Calderón asistió, como otros miembros del Gabinete, a la comida que el presidente Vicente Fox le ofreció al presidente de Colombia, Álvaro Uribe. Con buen humor aceptó las bromas de los asistentes sobre su “destape” a la Presidencia el día anterior. Ni él ni nadie más en la reunión parecían tener conocimiento de las declaraciones que el presidente Vicente Fox había pronunciado unos minutos antes en una conferencia de prensa cuestionando el acto político del sábado en Jalisco.

Cuando supo de las críticas, Calderón renunció a la Secretaría de Energía. La decisión, sin duda, le resultó difícil. Calderón ha sido en todos sus cargos uno de los panistas más leales al presidente Fox. Incluso en la reunión política del sábado rechazó convertirse de inmediato en precandidato del PAN a la Presidencia. “No es tiempo de postulaciones”, dijo. “Hay que trabajar primero en el fortalecimiento y en la unidad del PAN en Jalisco y en todo México.” Y añadió: “En el PAN ha llegado la hora de la unidad y la reconciliación.” Lejos estaba de sospechar que en 48 horas más estaría renunciando al Gabinete y generando una nueva división interna en el PAN.

Calderón representa el panismo de vieja cepa, curtido en décadas de trabajo en la oposición y descartado siempre del poder. Fox representa un nuevo panismo más pragmático, producto de la reacción a las medidas populistas de José López Portillo y que encontró en Manuel Clouthier a la figura carismática que le abrió camino. Los dos panismos confluyeron en el triunfo de Vicente Fox: sin los votos de los unos o los otros, la victoria del dos de julio del 2000 habría sido imposible.

La renuncia de Calderón puede debilitar la alianza entre los dos panismos. Su breve carta de renuncia muestra a un político que se siente dolido, traicionado. Señala que se enteró por los medios de comunicación de una “descalificación” presidencial que considera “injusta y desmedida”. Calderón adjunta a la carta de renuncia una copia de su discurso del sábado pasado, como para señalar que el presidente lo cuestionó sin conocer realmente sus palabras. La respuesta del gobernador de Jalisco, Francisco Ramírez Acuña, muestra también una gran molestia: “A mí solo me regaña el pueblo.”

Para los simpatizantes de Calderón el cuestionamiento presidencial es particularmente injusto porque proviene de un político que ganó la Presidencia precisamente por adelantarse a los tiempos políticos. Fox es un presidente, además, que parece haber mostrado una actitud más tolerante hacia las aspiraciones presidenciales de otros políticos, desde Jorge Castañeda hasta Santiago Creel pasando, por supuesto, por su propia esposa Marta. Se podrá decir que Castañeda no se postuló abiertamente a la Presidencia cuando era secretario de Estado o que ni Creel ni Marta lo han hecho hasta ahora. Pero un vistazo al discurso de Calderón revela que él tampoco lo hizo.

La molestia del presidente Fox tiene que ver, al parecer, con el hecho de que el supuesto destape se hizo en Jalisco, a la sombra de la cumbre europea-iberoamericana. Pero estrictamente hablando la cumbre ya había terminado. Para muchos panistas tradicionales el regaño a Calderón tiene que ver con el deseo del presidente Fox no de mantener la equidad en el proceso electoral sino de proteger la candidatura de Creel o de la propia Marta. Es difícil saber si esta apreciación es justa o no. Lo importante es que tal es la percepción de muchos panistas, los cuales se sienten agraviados por el presidente. Son estos panistas, a propósito, quienes ganaron la primera gran batalla de la sucesión al establecer que el candidato presidencial será escogido por militantes y adherentes del partido y no por votación abierta.

Es muy probable que se mantenga la distancia entre Fox y el PAN: muchos panistas, de hecho, consideran que el sexenio ya ha terminado. Pero Creel tiene la obligación de redoblar esfuerzos para acercarse al partido si es que quiere la candidatura presidencial. En este sentido estará limitado por la necesaria distancia que debe mantenerse entre Gobierno y partido. Pero Calderón ya no tendrá esta restricción. De hecho, la renuncia le viene como anillo al dedo. Ahora él podrá hacer campaña sin más límite que su disponibilidad de recursos. Estrictamente hablando gozará de más libertad que la que tenía Fox cuando era gobernador de Guanajuato y utilizó todos los recursos a su alcance para promover su candidatura a la Presidencia.

LOS FUMADORES

No fumo ni me interesa fumar. Pero el Día Internacional sin Tabaco revela una vez más una actitud de persecución a los fumadores que no puede aceptar una sociedad abierta.

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