Menudo escandalito esta semana al hacerse público el informe que rindió la Dirección de Programas de Inversión, dependiente de la Contaduría Mayor de Hacienda del Congreso del estado donde señala, entre otras cosas, el costo de una camioneta Suburban adquirida por el municipio de Torreón para asignársela al director de Planeación e Inversión Municipal, Luis Gurza Jaidar.
Es lamentable que estos detalles manchen el ejercicio de una administración que en ocasiones, muestra arrojo en hacer valer el principio de autoridad y tome decisiones para el progreso y mejoría de la ciudad y otra que tome dinero del erario para consentir a uno de los directores predilectos del Alcalde y para acabarla, lo toma de recursos etiquetados para infraestructura social.
El multicitado bulevar Independencia, inaugurado hace más de cien días y terminado todo parchado por éstos – aunque siempre faltan detalles- fue una obra que viene a mejorar el aspecto y funcionalidad vial de Torreón. Hoy ordena el Presidente un cambio en la circulación de arterias –Feliciano Cobián y Prolongación Colón, principalmente- que generaban embotellamientos y sentencia atinadamente: “el progreso de Torreón no se negocia”. Imponiéndose por lo menos en la voz de acuerdo a las atribuciones que la Ley le confiere, para beneficio general.
Vaya, los índices delictivos disminuyen, la recaudación es más cuantiosa, la tesorería hace su labor y de pronto salen con su domingo siete. Habría que preguntarse si para el desempeño del cargo de planeación, el cual es evidentemente intelectual se requería un modelo de tal envergadura, sobre todo de ese costo o fue simplemente una concesión del municipio al heredero de un personaje que fue toda una institución dentro del PAN de Torreón. La famosa familia feliz (aquellos fundadores del PAN lagunero) pesa, no cabe duda. A diario se publican anuncios de las marcas automotrices anunciando precios mucho más económicos que los cuatrocientos doce mil pesos que nos costó la camioneta. Dicen que pena es robar y que te cachen, pero ¿se podría aplicar?, pena es abusar del erario y que te cachen.
Se le debe preguntar a Gurza, que agazapado no ha visto a los medios de comunicación, ¿será -y valga la redundancia- que lo cacharon?
No se encuentra de verdad cuál fue la razón del vehículo, como prestación es buenísima, sólo le cuesta al pueblo ocho mil quinientos pesos de depreciación mensual, agregue tenencia y pago de seguros, sin contar la gasolina y lo más extraño que es sólo parte de un grupo de directores municipales que sí gozan de tal canonjía, pocos o casi ninguno a excepción del propio Edil, tienen un auto propiedad de Torreón de ese costo. Otros tienen nada.
En resumidas cuentas, Anaya en su fortaleza que le da la Ley encabeza un municipio que en muchos ramos resulta: Ecología de Rodolfo Walss enfrentó con valentía los resultados ambientales; “El Colorado” Gutiérrez, con su boca y todo, gana respeto; Desarrollo Urbano levanta la mano. En cambio en otras acciones se exceden en su gusto por las remuneraciones espléndidas de los funcionarios. Se están cumpliendo cuatro meses del bono extra que se les concedió, “nomás” porque puede, dijo Guillermo Anaya entonces y claro, por el gran desempeño de sus subordinados.
Ojalá y alguien me desmintiera y me probara qué empresa de La Laguna otorgó un mes extra de sueldo a todos sus mandos gerenciales últimamente en estos tiempos de restricción monetaria y cuántas camionetas Suburban o similares son asignadas a directores de planeación o puestos parecidos.
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