EL SIGLO DE TORREÓN
TORREÓN, COAH.- La violencia intrafamiliar afecta a todos los sectores de la región y condiciones sociales; la diferencia ahora con lo que sucedía décadas anteriores no es tanto la cantidad de casos, sino que hay una mayor cultura de la denuncia.
Marta Oliva Rivera Valdés, médica general y psicóloga del Centro Sí Mujer, expuso que por desgracia, el municipio de Francisco I. Madero no es el único que enfrenta una situación crítica particular en cuanto a índices de violencia en perjuicio de la población femenina.
?Esta situación se da en todos los ámbitos, en la ciudad o en el campo, las familias pobres o de la esfera social alta, aunque en esta última la problemática es más simulada y un tanto más sutil?, según consideró.
Refirió que aunque no se tienen estadísticas, en términos generales se percibe una mayor conciencia y conocimiento de las mujeres acerca de los tipos de violencia, lo que da lugar a que instituciones de esta naturaleza tengan en sus registros un mayor número de expedientes derivados de esta problemática familiar.
El Sí Mujer atiende a la población no únicamente de Torreón, sino de otros municipios como Matamoros, San Pedro y Francisco I. Madero, inclusive de Gómez Palacio, la que acude a solicitar ayuda especializada ante un conflicto en específico que está generando problemas en las relaciones entre los miembros de una familia.
La entrevistada expuso que entre los tipos de violencia que se identifican en las víctimas, figura la violencia física, considerada así no sólo la que refiere golpes en el cuerpo, sino algunas actitudes como el encerrar a la mujer o no dejarla entrar a la casa; que los hombres rompan objetos durante una discusión; manejar a toda velocidad o abandonar a la persona en sitios solos o inseguros, son otras de las demostraciones.
Otra es la violencia psicológica, toda aquélla que está caracterizada por los insultos hacia la pareja y hacerle afirmaciones acerca de su personalidad que llegan a afectarla emocionalmente; al decir de la especialista, el pensar diferente al hombre suele ser factor para que la mujer sea víctima de este tipo de agresión.
La violencia sexual, que va desde la ridiculización del cuerpo, con afanes despectivos hasta forzar a la pareja a tener relaciones sexuales.
Según Rivera Valdés, la violencia económica es otra de las variantes, aquélla que en ocasiones no se reconoce pero que se traduce en la prohibición de los maridos a las mujeres de trabajar o permitirles desarrollarse profesionalmente; en el otro extremo, es no proporcionarles el gasto o mantener un estricto control del uso que dan al dinero.
A este respecto, la especialista hizo notar que este tipo de violencia no únicamente ocurre en las familias de baja condición económica, sino en la clase social alta, en la que existen mujeres interesadas por ejercer una profesión o desempeñar alguna actividad pero no se les permite, bajo el escudo de que no enfrentan necesidad alguna de dinero y que tienen todas sus necesidades satisfechas.
?Podemos decir que este tipo de violencia es de lo más sutil, pues está basada en el control de los hombres hacia quienes les aportan el dinero para su manutención?.
La médica general y psicóloga del Sí Mujer, expuso que aunque hay mayor conciencia en la población femenina, la sociedad sigue empeñándose en obviar todas estas conductas, es decir, que se intenta hacer parecer como algo muy normal.
?Es increíble cómo la sociedad enseña a las mujeres a disminuirnos para que los hombres brillen, cuando las condiciones pueden ser parejas y alcanzar un desarrollo mutuo?, según expresó.