Ejemplo|La mayor parte de su obra son autorretratos
EL SIGLO DE TORREÓN
A pesar de su debilidad visual no deja de seguirse superando
TORREÓN, COAH.- Un bosque cuyos árboles se mueven al compás del viento, una muñeca tirada en el extremo derecho y en el otro, una niña oculta en el hueco de un tronco, temerosa del mundo que le rodea. La obra no tiene título, pero la autora confiesa que podría llamarla ?El Escondite?.
Alma Rocío Carrillo Martínez tiene 28 años y es pintora desde hace diez. Desde pequeña gustaba de hacer dibujos en sus cuadernos, cuando asistía a la primaria. Debido a su debilidad visual, le negaron la entrada a la secundaria y tuvo que abandonar sus estudios.
?La muñeca pudiera ser un sentimiento de compañía, la necesidad de tener a alguien?, señala mientras observa detenidamente el bosquejo de su propia obra, ?se trata de la exploración del mundo, pero con temor?.
Su cabello es muy oscuro, su tez blanca, viste sencillo pero elegante. Advierte que sí puede ver, pero en blanco y negro, aunque representa una gran dificultad la luz, que aun leve, le ciega.
?Es como cuando ustedes se encandilan?, dice. En el día labora en ?Ver Contigo?, una asociación que se encarga de capacitar a maestros de escuelas públicas y privadas para que comprendan y acepten en sus aulas a niños con debilidad visual o ceguera total.
Cuando Alma estudiaba esta asociación no existía. Pero, aunque fue obligada a dejar la escuela, actualmente continúa la secundaria de manera abierta.
Tomó algunas clases de pintura, donde aprendió lo básico, pero su aprendizaje fue en general autodidacta. Sus primeras pinturas, a los 18 años, eran auto retratos donde sólo aparecía el rostro, a los 20 comenzó a incluir el cabello suelto y algunos adornos, figuras que colocaba en el pelo.
La mayor parte de su trabajo son auto retratos, a través de su obra, Alma cuenta su propia historia, el mundo que ve, su entorno, la ciudad que gira a su alrededor, son sus vivencias personales, expresa lo mucho que le ha costado ganar un espacio en una sociedad que ignora su valor.
Los últimos trabajos que ha realizado tienen un corte más surrealista, según ella misma explica, que tienen que ver con sueños, algunos incluso, con situaciones tristes.
?La sensación cuando pinto es muy bonita?, comenta con sus manos fijas sobre sus rodillas, ?es una oportunidad para penetrar en un mundo mágico, olvidarte de la realidad en que vives y entrar a un mundo distinto, un escape?.
Se siente muy agradecida con sus padres, pues dice que han sido su principal apoyo y siempre ha sentido su comprensión, aun en sus momentos más difíciles e incomprensibles para sí misma.
Su visión a blanco y negro no ha limitado en absoluto las tonalidades de su trabajo. La artista introduce de todos los colores en sus pinturas, basándose en las dimensiones de los objetos que ya conoce.
Sin embargo, Alma reconoce que el principal obstáculo no ha sido su debilidad visual, sino los prejuicios de la sociedad lagunera, donde no ha sido reconocido su trabajo.
?Prejuicios hay muchos?, reitera, ?se piensa que nosotros no podemos hacer nada, que siempre vamos a necesitar una ayuda, pero la verdadera ayuda que necesitamos es el respeto a nuestros derechos, ser un poco más tolerantes y comprensivos?.
Esta pintora se define a sí misma como una persona constante, que no se detiene hasta alcanzar lo que se propone y que lucha por lo que quiere: una vida distinta de lo que se piensa de la gente con debilidad visual.
A través de sus obras, Alma intenta ocupar un espacio en la sociedad lagunera que le ha olvidado durante mucho tiempo, pero insiste en que quiere ganar ese lugar por su talento.
Otro bosquejo es de una mujer amamantando a su bebé, la obra es una alusión directa a la maternidad, pero la madre carece de rostro.
?Es como si te estuviera hablando de todas las mamás?, explica la autora, ?si le pongo un rostro a ella, entonces nada más estaría hablando de ésta y la intención es que se puedan identificar con la obra todas las señoras, que ellas sean quienes le pongan una cara?.
Entre sus planes a futuro, Alma busca introducir relieve en sus pinturas para que sus compañeros y amigos que no pueden ver puedan apreciarlas también, pero aún no ha encontrado quién le enseñe dicha técnica.
?Lo he pensado y ya he imaginado lo que quiero que toquen mis compañeros y amigos pero todavía no tengo quién me enseñe esta técnica porque no la conozco?, agrega, ?pero está en mis proyectos más próximos?.
Nunca suspendió el aprendizaje
Cuando primero se conoce a Paty, la gente tiene la impresión de que puede ver, pues se desenvuelve de una forma tan independiente que su ceguera pasa a segundo plano.
Patricia Ramos Gamboa dejó de ver desde hace 12 años pero no por ello suspendió su aprendizaje y hasta la fecha, dice orgullosa que ha tomado cursos de todo lo que ha podido.
?La escultura me nació luego de tomar un curso en el Icocult llamado La Invisibilidad en la Imagen, donde los participantes se tenían que vendar los ojos para desarrollar la sensibilidad en sus otros sentidos?, recuerda Patricia, ?hicimos una figura humana sentada, con vendas de yeso y me gustó mucho como quedó?.
No sólo a ella le gustó. Su familia le apoyó e impulsó a que continuara desarrollando esta nueva habilidad y pronto encontró un espacio en el Cinart, donde expuso hace unos meses su trabajo por primera vez.
?Es una gran experiencia descubrir que, aunque no vea, puedo hacer algo?, dice, pues todos en su familia son muy creativos y persistía en esta profesora el alcanzar algo más, ?me di cuenta que puedo hacer algo con mis manos?.
Esculpir una figura es toda una experiencia de relajación para Patricia. Tiene que estar sola y tener tiempo, pues durante el proceso se olvida de sus problemas, sus pendientes y corren las horas sin que se dé cuenta.
?Hago monos cabezones y con el cuerpo delgado, a mí me gustan mucho y disfruto mucho haciéndo-los?, comenta, ?aunque en un principio no se nos reconoció en absoluto nuestro trabajo, creo que hoy mucha gente se ha dado cuenta que valemos y podemos hacer cosas, el no ver no es una limitante para nosotros y no tiene por qué serlo para los demás?.
Por las tardes, es profesora del sistema Braille en la asociación ?Ver Contigo?. Para esta maestra, la vida es un reto diario, salir con su perro guía, Benji, ser independiente y valerse por sí misma en una ciudad que no cuenta con facilidades para invidentes.
?Sí podemos y estamos aquí para hacer muchas cosas, queremos que se nos dé la oportunidad de tener una vida normal?, manifiesta, ?queremos oportunidades, no caridades, mucha gente cree que las personas invidentes o con cualquier otra discapacidad con cualquier cosa nos conformamos y no es así, yo quiero todo?.
?Así como cualquier persona que trabaja, estudia y todo, yo también quiero esas mismas oportuni-dades para mí y para todos los niños ciegos?, agrega, ?merecemos todas las oportunidades y una muy buena vida, al igual que todos los demás?.
A pesar de que Paty no puede ver el trabajo de Alma, se identifica mucho con ella, pues le percibe como una joven muy sensible que plasma en cada una de sus obras una parte de su vida, en ocasiones dolorosa, de lo que ha pasado.
?La gente que observa sus obras se queda pensando ?¿qué pasó ella cuando pintó esto?? y eso dice mucho para mí, porque les llega, les transmite sus emociones en la pintura?, manifiesta la profesora.