El hijo de la "Big Vero" se deja querer por las laguneras en la feria de Gómez.
El Siglo de Torreón
GÓMEZ PALACO, DGO.- ¿Y qué si el palenque registró una pobre entrada? ¿Y qué si el concierto comenzó con una hora de retraso? ¿Y qué si había ley seca? Nada, absolutamente nada de eso impidió que la gente disfrutara al máximo el concierto que ofreció Cristian Castro en la feria de esta ciudad...
La madrugada del sábado “no hizo falta” la presencia de miles de personas para que se entregara como sólo él sabe: interpretando lleno de sentimiento temas como Lloran las Rosas, Mi Vida sin tu Amor, Por Amarte Así y Agua Nueva; bailando sensualmente Gallito Feliz en versión grupera y dejándose querer por la gente, pero sobre todo demostrando que los artistas como él no se hacen de la noche a la mañana sino que detrás de su dominio escénico, excelente voz y buen show hay muchos años de trabajo. Honor a quien honor merece, honor a Cristian Castro.
La expectación era mucha, pues se trataba del primer espectáculo artístico de la temporada de feria. Los empresarios esperaban una buena entrada ya que el hijo de la “big sister” está en el “ojo de huracán” musicalmente hablando así como en su vida personal, pero finalmente sólo acudieron poco más de dos mil personas al recinto... escasas para alcanzar exorbitantes cifras económicas pero las suficientes para hacer de aquello un volcán de emociones y sentimientos.
Dieron las 12 de la noche y de Cristian, nada. Según personas de seguridad del palenque, los empresarios le pidieron que llegara más tarde para dar oportunidad de que entrara más público, finalmente a la una de la mañana y ya con la desesperación de los enardecidos seguidores, se apagaron las luces y entró al redondel “una japonesita” y un corpulento hombre de color; detrás de ellos hizo su aparición Cristian vestido impecablemente con traje y corbata negros y camisa blanca.
Los gritos de los asistentes –en su mayoría mujeres- se desbordaron, él estaba feliz por el recibimiento, se percibía en su rostro. Se dirigió al micrófono, lo tomó entre sus manos y comenzó a cantar No Hace Falta, su éxito del momento.
A partir de entonces aquello fue una fiesta donde los recuerdos jugaron un papel primordial ya que no se dedicó a interpretar los temas de su más reciente material Amar Es, sino que hizo un recorrido por los éxitos de sus anteriores compactos Agua Nueva, Azul, Mi Vida Sin tu Amor, Lo Mejor de Mí, El Camino del Alma y Un Segundo en el Tiempo.
Del amor pasaba a la alegría y al despecho. “Ya empezamos a calentar la voz... quiero dedicar esto a toda la gente que sufre, a toda la gente que tiene una herida. ¡Salud!”; de inmediato comenzaron los acordes de Yo Quería pero inmediatamente después terminó con “el dolor” y bailó como un “Gallito Feliz”.
Definitivamente la que no hizo falta fue la corista, pues el público entonó en todo momento canciones como Es Mejor Así, Lloviendo Estrellas, Mañana, Vuélveme Querer, Nunca Voy a Olvidarte, No Puedo Arrancarte de Mí, Madrigal y Te Llamé.
El tiempo se fue sin sentirlo, en un instante el reloj marcó las 2:08 de la madrugada. Para ese entonces ya las inhibiciones habían quedado de lado, incluso Cristian se quitó el saco y la corbata y comenzó a hacer movimientos eróticos con esta última al ritmo de No Podrás. Se despidió pero ni él ni los laguneros querían que el encuentro terminara, así es que regresó con Madrigal y terminó con su éxito Azul en punto de las 2:14 dejando claro que la noche tuvo un dueño: Cristian Castro.
Los números
Lo lamentable del evento fue que únicamente acudieron poco más de dos mil personas (según la empresaria Rosario Laforge), de las siete mil para las que tiene capacidad el lugar.
1 corista
7 músicos
2 bailarines
22 canciones
1 hora con 14 minutos de concierto
7 cambios de vestuario (bailarines)
COSTO DE LOS BOLETOS
604 pesos zona Vip
454 preferente A
304 preferente B
154 general
FUENTE: Investigación de El Siglo de Torreón
A detalle
En esta ocasión no hubo una canción “más coreada”, todas fueron recibidas con la misma efusividad.
-Lo bueno: el buen humor del cantante y la disposición que tuvo con su público.
-Lo malo: que el concierto comenzó con una hora de retraso y duró únicamente 75 minutos.
-Para reconocer: el nivel del espectáculo –tanto en las luces, bailarines y músicos-.
-El detalle: se acercó a sus fans y abrazó y besó a dos de ellas que lograron burlar la seguridad y se metieron al redondel.
-El regalo: mientras interpretaba Lloran las Rosas, su bailarina entro al redondel con una decena de rosas rojas y las entregó a diversas personas del público. Posteriormente Cristian regaló su corbata y antes de finalizar el concierto también obsequiaron algunas pelotas.
FUENTE: Investigación de El Siglo de Torreón