13 de enero de 2004.
ABU DIS, Cisjordania, (Reuters).- Palestinos con los ojos llenos de lágrimas vieron el martes como unas grúas colocaban enormes bloques de cemento para erigir las últimas secciones de un muro que los separará de Jerusalén Oriental.
Los trabajos para levantar el muro se han acelerado en los últimos tres días para separar el suburbio de Abu Dis de Jerusalén Oriental, la disputada zona árabe de Jerusalén que los palestinos quieren como capital de un estado independiente y los israelíes aseguran debe ser la capital indivisible del Estado judío.
"Solía tardar un minuto en ir a casa de mi madre, ahora no sé cuánto tiempo me llevará", dijo Nadia Ghazali, al tiempo que se limpiaba la cara con un pañuelo, entre el ruido de las grúas que amontonaban bloques frente a su edificio de apartamentos.
La barrera de concreto y alambre de púas tiene el objetivo de separar Jerusalén, sagrada para judíos, musulmanes y cristianos, de las zonas palestinas en Cisjordania.
Los israelíes han ignorado las críticas internacionales contra el muro que están levantando, incluso las de su principal aliado, Estados Unidos, y dicen que la barrera mantiene alejados a suicidas y otros atacantes.
Al mismo tiempo, el ejército dijo que un israelí murió el martes por disparos en una emboscada contra un auto cerca de un asentamiento en Cisjordania.
"LA CATASTROFE MAS GRANDE"
Los palestinos califican el muro como un intento de anexión de territorios y temen que se convierta en una frontera de facto si Sharon lleva a cabo su iniciativa de partición unilateral, con la que amenazó si fracasa la "Hoja de Ruta" hacia la paz respaldada por Estados Unidos.
Desde su sitiado cuartel general en Ramalla, el presidente palestino Yasser Arafat describió al muro como la catástrofe más grande que le haya sucedido al pueblo palestino desde la fundación del Estado judío.
Pocos en ambos lados tienen grandes esperanzas en el plan de paz, atascado por la violencia y la lentitud.
No obstante, Sharon expuso el martes la posibilidad de que el ejército israelí abandone algún día la Franja de Gaza, donde hasta 8.000 colonos judíos viven bajo fuerte protección militar junto con más de un millón de palestinos.
"Espero que llegue el día en que no tengamos que estar situados en la Franja", dijo Sharon en un discurso a soldados árabes israelíes transmitido por la Radio del Ejército.
Sin embargo, un alto funcionario, comentando las declaraciones de Sharon, dijo que no sería una retirada drástica de la Franja de Gaza, que no había certeza de que los asentamientos serían levantados y que no podría renunciarse a ningún lugar vital para la seguridad.
Encuestas recientes muestran que la mayoría de los israelíes acogería con agrado que se abandonase la Franja de Gaza y los asentamientos aislados en Cisjordania si eso significa el final de más de tres años de violencia que ha dejado unos 2.300 palestinos y 840 israelíes muertos.