BESANCON, FRANCIA.- En anticipo de gloria, Lance Armstrong volvió a aplastar a sus rivales el sábado en la última contrarreloj del Tour de Francia para asegurarse prácticamente que entrará en la historia deportiva como su primer séxtuple ganador.
Pedaleando enérgicamente en pos de una victoria que ni siquiera necesitaba para asegurarse su sexta corona, el estadounidense aventajó una vez más a sus competidores por amplio margen y fue recibido con una ovación cuando traspuso la meta en Besançon.
El texano, que corre con una bicicleta aerodinámica de tecnología avanzada, con la casaca amarilla de puntero sobre los hombros, fue un minuto y un segundo más veloz que su escolta Jan Ullrich, ganador en 1977 y cinco veces segundo.
Es la quinta etapa que gana Armstrong en el Tour este año, con que mejoró su mejor actuación en sus participaciones anteriores desde que inauguró su reino en 1999.
Sólo un desastre podría impedir que el domingo corone su triunfo en París.
"Estoy feliz porque se termina", dijo. "Estoy mentalmente cansado, tengo las piernas cansadas".
Andreas Kloden, compañero de Ullrich, llegó tercero en la contrarreloj y fue tan veloz que sobrepasó al italiano Ivan Basso en las posiciones generales, también casi acaparando el segundo puesto.
Basso está tercero y Ullrich cuarto. Hasta ahora, Ullrich había subido siempre al podio en cada Tour que participó.
Basso, el único otro corredor que ganó en los Pirineos aparte de Armstrong, está a 6:59 minutos del puntero, y Ullrich a 9:09.
Los 6:38 que le lleva Armstrong a Kloden representan una de las mayores ventajas en la historia de la competencia. El año pasado superó a Ullrich por 61 segundos y juró que tendría mucho mejor desempeño este año. Y lo ha demostrado.
Su casi segura victoria culminará seis años en los que el estadounidense contribuyó a dar lustre a la competencia.
La contrarreloj del sábado de 55 kilómetros describió un óvalo al sur de Besançon, la ciudad natal de Victor Hugo, pasando por pequeños pueblos, colinas y carreteras desbordantes de público.
Los 20 principales corredores partieron con tres minutos de diferencia, participando a la inversa de su posición en la general. Eso significa que Armstrong partió último, lo que constituye la ventaja de saber los tiempos de sus rivales.
Empezó la jornada con 4:09 minutos de ventaja sobre Basso sin necesidad de arriesgar. Pero no pudo resistir la tentación de una nueva victoria.
Armstrong afirmó que no fue un esfuerzo individual y agradeció el apoyo que recibió de su equipo. "Es un esfuerzo de grupo", aclaró. "No soy solamente yo".
Aun con seis coronas, continuará el debate acerca de si Armstrong es mejor que los cuatro grandes que ganaron el Tour cinco veces.
El belga Eddy Merckx mantiene el récord de etapas ganadas, 34, en comparación con 21 de Armstrong.
Y tanto Merckx como el francés Bernard Hinault conquistaron más casacas amarillas como punteros en la general.
Armstrong lucirá su casaca amarilla 66 hoy domingo. En este Tour superó al español Miguel Indurain, otro quíntuple campeón, que ganó 60, para ocupar el tercer lugar. Hinault ganó 78 y Merckx 96.
Pero el ciclismo entró en la era espacial en los últimos años.
La concentración obsesiva de Armstrong en el Tour, su atención minuciosa por el detalle, su empleo de nuevas tecnologías para ganar segundos y su habilidad para reclutar, motivar y mantener a sus compañeros de equipo, han aumentado las exigencias de la carrera.
"Es una mejora en el método de enfocar el Tour de Francia: más profesional, más riguroso, más metódico. En una palabra, más estadounidense", dijo el director de la carrera Jean-Marie Leblanc.