Agencias
WASHINGTON, EU.- El Gobierno de Haití ha pedido un “pleno respaldo” de la OEA a la democracia en el país caribeño, ante el “grave” deterioro de la situación política en las últimas semanas.
Atendiendo esa petición haitiana, el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) ha convocado a una reunión extraordinaria para hoy jueves, en la que debatirá un proyecto de resolución de apoyo a la democracia haitiana.
A pesar de las múltiples gestiones del secretario general de la OEA, César Gaviria, y de la Comunidad del Caribe (Caricom), hasta hoy ha sido imposible el logro de un acuerdo para la celebración de nuevas elecciones legislativas y municipales en Haití, como exige la oposición.
La crisis política haitiana ha derivado desde el pasado día cinco en la ocupación de varias ciudades por parte de grupos rebeldes armados que exigen la dimisión del presidente Jean Bertrand Aristide.
La sesión del Consejo Permanente de la OEA fue solicitada por el representante haitiano ante ese foro continental, Raymond Valcin.
En su petición, Valcin ha pedido “respaldo para el Gobierno legítimo de Haití en sus esfuerzos por restaurar el orden y normalizar las funciones de las instituciones democráticas”.
Al respecto, el secretario de Estado de EU, Colin Powell, dijo el martes a la prensa que Washington no enviará tropas para restablecer el orden en Haití, y calificó de “matones y criminales” a algunos rebeldes que han regresado desde República Dominicana para unirse a la violencia contra Aristide.
El proyecto de resolución de respaldo de la OEA al Gobierno de Aristide hace hincapié en “la gravedad de los eventos (violentos), la tenacidad de la crisis política y la polarización que caracteriza la situación política” de su país.
Haití ha pedido el “firme y total apoyo de la OEA al Gobierno legítimo del presidente Jean-Bertrand Aristide en sus esfuerzos por mantener el orden constitucional”.
Asimismo, sugiere que la organización regional condene “enérgicamente los métodos violentos y de insurrección usados (contra el Gobierno) en muchas regiones de Haití”.
También apela a la solidaridad internacional para ayudar al pueblo haitiano a prevenir una crisis humanitaria.
En espera del combate
Por otra parte, policías haitianos atrincherados en la comisaría de la segunda ciudad del país reconocieron ayer que no podrían repeler un ataque insurgente contra el último bastión del Gobierno en el norte de Haití.
En las calles de Cap Haitien, los partidarios del Presidente prometieron luchar. “Tenemos machetes y armas y resistiremos”, dijo el carpintero Pierre Frandley.
El reconocimiento ocurrió después que el primer ministro haitiano advirtió que es inminente un golpe de Estado, entre temores de que la rebelión que ha causado por lo menos 57 muertos se está propagando.
Las radioemisoras indicaron el ayer que los policías desertaron sus puestos en cuatro aldeas último indicio que la reducida y desmoralizada fuerza pública no puede enfrentarse a los insurgentes, a los que esta semana se les unieron ex soldados del desbandado Ejército de Haití. Para ilustrar los problemas que encara Aristide en mantener Cap Haitien, Firmin dijo que muchos residentes recibirían con los brazos abiertos a los insurgentes, pese al hecho de que sus líderes son ex militares y policías de dudosa reputación.
“No temo a los rebeldes, temo a los partidarios de Aristide”, dijo Firmin en referencia a las pandillas de matones que incendiaron casas y atacaron a los miembros de la oposición en Cap Haitien.
La brutalidad de la insurrección quedó patentizada en la ciudad central de Hinche, donde el cadáver de un policía acribillado a balazos yacía en descomposición frente a una comisaría.