Londres, (EFE).- La visión de halos o auras alrededor de los cuerpos humanos, relacionada muchas veces con el misticismo, puede deberse en realidad a un simple fenómeno de sinestesia o mezcla de los sentidos.
Así lo señala un equipo de investigadores del University College londinense dirigido por el doctor Jamie Ward en un estudio aparecido en la publicación británica "Cognitive Neuropsychology" y del que da cuenta el diario "The Daily Telegraph".
Tradicionalmente se ha asociado la capacidad de ver esas irradiaciones luminosas con los poderes "extrasensoriales" que ciertas personas afirman poseer, y los científicos creen que hay algo de verdad en ello.
Ese fenómeno no tiene que ver con "campos de energía" o el mundo de los espíritus, como creen algunos, sino que puede estar relacionado con una confusión de los sentidos que hace que algunas personas "vean" sonidos, "escuchen" colores o "saboreen" formas.
Las personas sinestésicas pueden ver colores en respuesta a personas a las que conocen o como reacción a palabras como "amor" u "odio".
Esos colores no reflejan energías ocultas que emiten ciertas personas, sino que son creados enteramente en el cerebro de la persona que ve el halo, afirman los científicos británicos.
En su estudio, Ward describe el caso de una joven, identificada sólo por sus iniciales (GW), que veía colores como el azul y el púrpura como reacción a personas que conocía hasta el punto de que bastaba oír sus nombres para tener esa sensación.
Los nombres provocaban la aparición de un color que cubría todo el campo de visión de GW, y las personas en cuestión parecían irradiar un aura coloreada.
Por ejemplo, la palabra "Jaime" iba inmediatamente asociada al color rosa, Tomás, al negro, y "Hannah", al azul.
Cuando la joven iba a una fiesta y se sentía feliz en ella, toda la escena se coloreaba de rojo, afirman los investigadores, según los cuales ciertas palabras cargadas emocionalmente como "temor" y "odio" desencadenaban también reacciones cromáticas.
Las palabras asociadas normalmente a emociones positivas provocaban la aparición de colores como el rosa, el naranja o el verde mientras que las que evocaban algo negativo suscitaban otros colores como el negro, el marrón o el gris.
Según el autor del estudio, aunque la joven en cuestión no cree tener poderes místicos ni se ha interesado nunca por el ocultismo, es fácilmente imaginable que en otro tipo de cultura, podría darse ese tipo de interpretación a ese fenómeno.
Los artistas han pintado siempre a los santos con un halo en torno a la cabeza, y eso es algo que dice mucho del fenómeno creativo.
El escritor ruso-norteamericano Vladimir Nabokov escribió en cierta ocasión que percibía las letras en colores, y es famoso el poema que el francés Arthur Rimbaud, sinestésico por excelencia, dedicó a los colores del alfabeto.
Según estudios previos, una de cada dos mil personas es sinestésica, aunque el propio doctor Straw dice que algunos sondeos indican una proliferación mucho mayor de ese fenómeno.
El científico británico ha solicitado la participación de simples transeúntes en un test destinado a determinar si son o no sinestésicos sin saberlo.
Se trata de averiguar si las personas con esa condición asocian siempre los mismos colores a las mismas letras o los mismos números mientras que otras personas procederían por adivinación.
Otros científicos , como Vilayanur Ramachandran, de la Universidad de California en Sandiego, creen que la sinestesia está relacionada directamente con la creatividad, bien sea en la poesía, las artes plásticas o la literatura.
En su opinión, nuestra habilidad para relacionar sonidos y objetos puede estar además en la base del lenguaje humano: la relación entre los sentidos del oído y la visión pudo haber constituido un paso importante hacia la creación verbal.