No es necesario que el afectado haga trabajos pesados o realice mucha actividad física para sufrir de este mal.
Una visita a tiempo al médico puede marcar la diferencia entre una vida plena y una llena de los clásicos achaques. Esto por que todo mundo está expuesto a sufrir de una hernia y pocas son las personas que saben que se trata de un asunto de cuidado, para el cual se debe buscar ayuda médica de inmediato, como dicen especialistas del Instituto Mexicano de Seguro Social (IMSS).
Todo puede comenzar con el simple movimiento que se hace para ponerse de pie o estar parado, si se tiene un defecto en los tejidos aponeuróticos (tendones de inserción entre el músculo y el hueso o articulación) puede causar hernia inguinal, al igual que los movimientos que se hacen con demasiada fuerza como cargar cosas pesadas.
Hay que cuidar las señales. Los síntomas iniciales de una hernia inguinal por lo regular son la presencia de dolor, aumento de volumen en esta región, y cuando ya está avanzada incluso se presenta estreñimiento si el intestino ya se introdujo en la hernia.
El doctor Germán Humberto Delgadillo Teyer, explicó que todos, incluyendo recién nacidos que de manera congénita no tienen buena calidad, fuerza y tensión en sus tejidos, están expuestos a tener hernias.
La gente se expone a padecerla al cargar objetos pesados, aunque hay casos de hernia inguinal en que el afectado no hace trabajos pesados ni realiza mucha actividad física, pero tiene un defecto herniario o está predispuesto porque sus tejidos son débiles, detalla.
NADIE ESTA A SALVO
Delgadillo Teyer precisa que entre la población infantil el índice es de 5% y en los adultos del 30%. El tratamiento en el ciento por ciento de los casos es quirúrgico, a menos que una enfermedad concomitante (del corazón o terminal) ponga en riesgo la vida del paciente. En estos casos sólo se le mantiene bajo vigilancia médica.
Los casos de urgencia en esta enfermedad son cuando se estrangula el intestino, es decir, éste pasa al anillo que forma la hernia provocando cambios en su circulación, lo cual pone en peligro la vida porque se sufre perforación en esta parte del cuerpo y, con ello, puede sobrevenir una peritonitis.
Ante tal circunstancia, recomienda que desde el momento en que se detecta la hernia inguinal se proceda a operarla, a fin, también, de que no siga creciendo, lo cual puede provocar que se tenga que extirpar hasta la mitad del intestino o que diseque el escroto con todo y testículo.
La probabilidad de incidencia de una hernia inguinal después de operada es mínima y la recuperación es de 10 a 14 días en que los pacientes pueden reiniciar sus actividades cotidianas.