El pasado jueves, por la mañana, los medios internacionales nos informaron que México había votado a favor de la resolución en contra de Cuba (orquestada por los Estados Unidos), en la reunión de la CDH, la Comisión de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas, que se está llevando a cabo en Ginebra. Con su voto, México, acusó a la isla, a su Gobierno comunista, a Fidel y a los que en ella habitan, de estar violando los Derechos Humanos y por lo tanto, los condenó, a que necesariamente requieren la presencia de la jurista francesa, Madame Christine Chanet, relatora, visitadora o monitora, Alta Comisionada del CDH, para que verifique, dictamine o evite el mal ocasionado o por ocasionar. Los medios de comunicación de nuestro país a esa hora, no pudieron darnos la noticia del sentido de este voto y se disculpaban diciéndonos, que los espacios gubernamentales responsables de darla a conocer, no la “soltaban”. Para qué hacerlo… si ya la había hecho pública desde días antes el vocero de la Casa Blanca.
Cuánta vergüenza para México, rompimos con nuestro habitual principio de no intervención como nación, en los asuntos de otra nación soberana. Teniendo nosotros, tantos problemas como tenemos en nuestro país, en vez de ocuparnos de tratar de solucionarlos, andamos metiéndonos con otros países y peor aún, siendo obligados a hacerlo.
La votación aprobó la resolución contra Cuba por un solo voto, 22 votos a favor, 21 en contra y diez abstenciones y puso de manifiesto, cuáles son los países que siguen a Estados Unidos en su lucha desmedida en contra de todo aquello que sea distinto a ellos, a su cultura, a su afán imperial.
Este tipo de acciones, ¿es una lucha por los Derechos Humanos o por los Intereses Humanos?
Si verdaderamente se trata de luchar por los Derechos Humanos, la CDH de las Naciones Unidas, tendría forzosamente que atender otras causas antes de la de Cuba. La primera de ellas, sería obligar a Estados Unidos a acatar la resolución de la Corte Internacional de Justicia con asiento en La Haya, la ICJ, (por sus siglas en inglés), en el sentido de que los Estados Unidos deben revisar y reconsiderar los casos de 51 mexicanos que se encuentran condenados a la pena de muerte en sus prisiones, debido a sentencias emanadas de procesos en los cuales a estos mexicanos, se les violaron sus Derechos Humanos en el procedimiento.
Si verdaderamente se trata de luchar por los Derechos Humanos, la CDH, debiera interesarse por la situación de los prisioneros que se encuentran en Guantánamo en la isla de Cuba. Ahí, en la base naval que tiene Estados Unidos y que está utilizando como prisión, se encuentran, según declaró la ACLU (American Civil Liberties Union), “más de 600 personas de 44 países, detenidos indefinidamente por los Estados Unidos, sin cargos contra ellos documentados en expediente y sin acceso a ningún abogado ni a sus familias. La mayoría de ellos, tienen 18 meses o más detenidos. El Gobierno de los Estados Unidos, ha rechazado tratarlos como prisioneros de guerra y ha rechazado declarar cuándo les permitirán, si es que se los permiten, regresar a sus hogares. Como resultado, han permanecido en un estado de limbo legal que el Derecho Internacional no contempla y que la Constitución Americana no permite. El Gobierno de Estados Unidos al respecto, ha declarado que continuarán prisioneros y que eventualmente serán juzgados y sentenciados por cortes militares”…
Lo que está por verse, porque Guantánamo no es territorio de Estados Unidos, tan sólo tiene la concesión de duración ilimitada para tener ahí su base naval, lo que se acordó en un tratado de Cuba y los Estados Unidos en 1903 y que fue renovado en 1934, pero Guantánamo sigue siendo territorio de Cuba y por lo tanto no tendría Estados Unidos jurisdicción para aplicar ahí sus leyes.
Son tan sólo dos ejemplos de los muchos que podríamos citar, que nos hacen reflexionar en lo que está sucediendo en este mundo global tan revuelto en el que nos tocó vivir. Nos permiten reflexionar, que en aras de la “seguridad” de los que tienen miedo, surge la paranoia y su primera víctima es la libertad y los Derechos Humanos.
¿Quién pondrá orden si el principal violador de los Derechos Humanos es Estados Unidos y es, el que manda en todo el mundo?
¿Existe una Comunidad Internacional que pueda con ellos?
Es una ironía que los ciudadanos y los gobernantes de los Estados Unidos, siempre invoquen para todo la bendición de Dios para su país, el famoso “God bless America”. Ante lo que estamos viendo que está haciendo alrededor de todo el mundo, sembrando la semilla del rencor y de la venganza, el resto de los mortales, debemos igual implorar a Dios su bendición para ellos y de paso para todos nosotros.
