Desde la semana pasada la ciudad está consternada ante la desaparición de las jóvenes Silvia Stephanie Sánchez Viesca extraviada el cinco de noviembre y Alejandra Roque Ramírez extraviada el 28 de octubre, una de la ciudad de Torreón o la otra de Gómez Palacio, de aproximadamente la misma edad y las mismas descripciones físicas, las dos estudiantes y a las dos los últimos en verlas fueron sus compañeros de sus diferentes escuelas; las buscamos pidiendo a Dios que sean hechos aislados y que se hayan quedado por ahí sin permiso de sus padres.
En estos hogares, sus familiares de seguro se la viven pegados al teléfono esperando cualquier noticia, y en el compás de espera la ciudadanía desea que esto concluya muy pronto, porque de no ser así estaríamos ante una enorme amenaza y sería el principio de una serie de acontecimientos que no sabríamos cuándo acabe.
Desgraciadamente esto nos trae a la memoria el tema de las desaparecidas en Ciudad Juárez que supongo comenzó poco a poco hasta llegar al horror que representan más de 500 mujeres desaparecidas y es fecha que no sabemos de una gran parte de ellas y los cuerpos de las que fueron encontradas aún continúan los casos sin resolver y los agresores campantemente evaden la justicia y es fecha que no les ponen la mano encima esperando y deseando que el tiempo transcurra y se olvide, pero desgracia de ellos recientemente fueron encontrados dos cuerpos más y de nuevo se pone en la mesa la urgencia de acabar de una vez con esta terrible injusticia del magnicidio de mujeres que se da en esa ciudad, con cambios en los Gobiernos, el problema sigue sin resolverse desde hace ya casi doce años.
Desde luego que la gran diferencia entre estas jóvenes y las desaparecidas en Ciudad Juárez es que aquéllas generalmente se desplazaron de otra ciudad buscando trabajo eran de más bajos recursos y no viven con sus familias, pero aún así no deja de preocupar el hecho de que estas jóvenes tienen ya más de una semana que no se les localiza y se prende un foco rojo de alerta en los hogares de nuestra ciudad.
El sábado las madres de estas jovencitas relataron en la televisión las investigaciones que ellas hicieron sobre dónde y cuándo fue la última vez que fueron vistas y se me partió el alma, pensando cuántas noches llevarán sin dormir, cómo se levantan en la mañana deseando que todo haya sido una pesadilla que no es cierto que de un momento a otro entrarán por la puerta como si nada hubiese pasado, una cosa llama la atención es que ha habido una enorme respuesta de la ciudadanía y la gente de La Laguna se ha solidarizado con ellas y muchos coches se ven con el volante de la foto de ellas y en muchas casas se pegó de igual forma tratando de ayudar de esa forma a encontrarlas.
En Ciudad Juárez ha pasado lo contrario, será que las desaparecidas son de fuera y no es lo mismo que su familia las busque desde su lugar de origen, a que sean de la misma ciudad pero contrario a lo que hemos visto en la Comarca, la ciudadanía en Ciudad Juárez ni siquiera quiere que se mencione este problema porque piensan que le da muy mala fama a su ciudad y que pierden calidad de competitividad en lo que respecta a turismo e inversiones. No se puede tapar el Sol con un dedo.
Este tipo de delitos se pueden evitar concientizando a los padres de familia que no se cesen en cuidados a sus hijos principalmente a sus hijas ya que los riesgos son mayores por el historial que en esta materia conocemos y los antecedentes de las Muertas en Juárez, que los delincuentes están al acecho y nuestras hijas son fáciles víctimas porque el entorno les da seguridad y son extremadamente confiadas porque se sienten seguras.
Debemos enseñarles a no transitar por lugares solitarios, a andar en grupos, en lugares bien iluminados en caso de que oscurezca resguardarse en casa de amigos o familiares en los que estén bien seguras y esperar a los padres que puedan estar pendientes de ellas. Los padres muchas veces los arriesgamos porque adoptamos una postura de comodidad pensando que al fin ya llegarán, preparando desde antes el discurso reprobatorio como respuesta al pendiente que nos causa el que no lleguen a tiempo, cuántas veces simplemente decimos “vente como puedas” o “ni creas que voy a ir por ti” nuestros hijos son nuestra única real preocupación por lo mismo debemos actuar en consecuencia.
De la misma forma el papel de la autoridad representada en estos casos por los elementos policiacos, es insuficiente para prevenir estos eventos tan desdichados, primero porque siempre el número de policías es insuficiente y segundo porque hasta donde hemos visto no se considera tarea de la autoridad velar por nuestra seguridad hasta que no sucede una desgracia únicamente a iniciativa de parte se abocan a la investigación de los hechos y si vemos el caso de Ciudad Juárez ni eso siquiera, el colmo del alegato sobre las desaparecidas allá es justificar los hechos diciendo que son chicas que buscaron su desgracia y ¿qué decir de las de acá que son hijas de familia, radicando en su ciudad, estudiantes normales que además practican deporte? En ninguno de los casos se justifica que no se tomen las cartas del asunto de inmediato y bien por la ciudadanía de La Laguna que ha demostrado tener sensibilidad y ser participativa ante una desgracia de esta magnitud. Tengamos fe pidiendo a Dios que pronto se resuelva esto y que no se repitan hechos como éstos.
