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Las laguneras opinan.../Todo comenzó en Grecia

Rosario Ramos Salas

“No hay competencia

más grande que los

Juegos Olímpicos”.

Píndaro, poeta griego.

Siglo V a.C.

Hace 108 años, en 1896, los primeros Juegos Olímpicos de la era Moderna se llevaron a cabo en Atenas, la capital de Grecia, el lugar donde mucho a tiempo atrás había comenzado esta historia. Ayer con una gran fiesta regresaron a su origen.

Según los historiadores los antiguos juegos de Olimpia eran una festividad religiosa en honor a Zeus, el padre de la mitología griega. El festival se realizaba en Olimpia, el lugar de los dioses, situado en la parte oriental de la región conocida como Peloponeso. Los juegos estaban restringidos a atletas masculinos de origen griego provenientes de todos los rincones del mundo griego, aun los que vivían en las provincias griegas del sur de Italia, Sicilia y hasta España. El objeto era reforzar una identidad, celebrar un origen común y al mismo tiempo establecer lazos indisolubles entre los ciudadanos de los estados del mundo helénico.

Los juegos comenzaron el año de 776 a.C. con eventos de campo, carreras de caballos y eventos para niños. Todos movidos por un sueño: competir por un premio. Éste debía ser algo valioso y muy importante para los atletas. El premio consistía en dracmas, o una pensión de por vida, o metal, mujeres, hojas de laurel o de olivo. Para los griegos no existía el concepto de amateurismo o profesionalismo que hoy prevalece. Atleta viene de athlos que significa competencia o athlon, premio. Atleta es quien compite por un premio.

Así trascurrieron casi doce siglos, cada cuatro años. Luego vino una pausa de más de quince siglos, hasta el año de 1896, por iniciativa de un caballero francés, el Barón de Coubertin, los juegos volvieron a realizarse en Atenas. En 1896 los Juegos congregaron a 14 naciones, 43 eventos y 245 participantes, todos del sexo masculino.

Desde entonces los juegos han cambiado en mucho. En Atenas 2004 participarán 202 naciones, se llevarán a cabo más de 300 eventos y 10,500 atletas competirán por el oro. Anoche en el desfile de inauguración vimos a países que si no fuera por las Olimpiadas no conoceríamos de su existencia: Togu, Nauru, Vannatu, las Islas Cook, Timor, entre otros. El Comité Olímpico Internacional cuenta con más países afiliados que la ONU.

El mundo cambia cada día y en las Olimpiadas tenemos la oportunidad de constatarlo y probar nuestros conocimientos de geografía. Hay nuevas fronteras. Hace veinte años Yugoslavia era una sola nación. Después de la guerra de los Balcanes surgieron cinco. Lo mismo pasó con la URSS que se desmembró en quince países. Así cada uno tiene el orgullo de portar su bandera y su uniforme. Todos desfilan con la frente en alto, mostrando al mundo sus mejores atletas. La diversidad es cada día más respetada, pero al mismo tiempo el miedo por el terrorismo acecha. Estas serán las primeras olimpiadas después del 11 de septiembre. La seguridad se ha vuelto así un tema de primera importancia. Atenas será, por las próximas dos semanas la ciudad más resguardada. Más de 70,000 agentes velarán día y noche por ella y por atletas y visitantes. 160,000 voluntarios los atenderán.

Lo que lo hace atractivo ante los ojos de millones de televidentes y de miles de personas que asisten al lugar donde se realizan es que se trata de ver gente ordinaria haciendo cosas extraordinarias. Pienso que el espíritu inicial de la fiesta olímpica no se ha perdido. Los griegos buscaban la perfección, la gloria, el sacrificio, la integridad. Debemos retomar el espíritu olímpico y buscar no sólo por estos días la unión de las naciones.

Hemos visto o conocido de historias de gente ordinaria que a pesar de vivir con limitaciones, sin recursos holgados para entrenarse poseen la fuerza, la motivación, el compromiso para cumplir con un sueño y no descansan hasta lograrlo. Trabajan largas horas ascendiendo en maestría, bajando tiempos, mejorando en estilos hasta llegar a ser los mejores en la especialidad. Y de ahí a las Olimpiadas hay un pequeño paso. Aunque por otro lado existe la presión y la esperanza de miles puesta en unos pocos. Ahí está Ana Guevara nuestra máxima atleta. ¿Qué pasa si no gana la medalla de oro? ¿Los sueños de los mexicanos se vendrán abajo?

La fascinación, la intensidad, el reto se mantiene durante las dos semanas que duran los juegos. Quien no disfruta la gracia de las gimnastas, la perfección de los clavadistas, la rapidez de los nadadores, la resistencia de los maratonistas, la fuerza de los lanzadores de disco. Los corredores que como saetas cubren la distancia de cien metros en lo que dura un parpadeo. La belleza del cuerpo humano, su flexibilidad, su porte nos maravillan.

La ciencia también ha hecho su aporte al desarrollo del deporte. Los cada vez mejores materiales de la vestimenta, la medicina, la nutrición. Los equipos de medición.

Los medios de comunicación también han cambiado el manejo de los juegos. Desde hace ya algunos años millones de televidentes disfrutamos de nuestro deporte favorito o nos asombramos de ver las proezas de los atletas. Las empresas patrocinadoras también le han dado otro giro a los juegos. Ellas se encargan de patrocinar a los deportistas y también a veces los “inflan”. Aunque solamente contraten a los mejores. La mayoría comienza siendo un amateur y pasando penurias.

Deseo que nuestros deportistas hagan su mejor esfuerzo y traigan por lo menos una medalla, así estaremos más contentos y mientras tanto disfrutemos del espíritu de las Olimpiadas que hoy han regresado donde comenzó la historia.

garzara1@prodigy.net.mx

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