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Las palabras tiene la palabra/ Cada quien tiene su manera de meter la pata

Juan Recadero

Por el afán de parecer muy elocuentes, (1) algunos políticos confunden el verbo detentar con ejercer. Dicen por ejemplo que tal o cual figura política detenta el poder, creyendo que eso significa que lo tiene a su cargo, que lo está ejerciendo pero lo que no saben es que detentar es otra cosa: el que detenta está reteniendo algo que no le corresponde o no le pertenece.(2)

Entonces, en lugar de hablar a favor de aquel señor a quien quieren “barbear” (3) para lograr sus favores, hacen exactamente lo contrario. Lo afortunado para ellos es que su público por lo general es gente del mismo partido y acusan la misma ignorancia, así que entienden lo que el orador quería que entendieran.

Al hablar cometemos muy diferentes tipos de errores. Unos de ellos son los ignorantismos, como este caso en que se yerra por ignorancia, porque no se conoce el significado correcto de la palabra que se está utilizando.

En nuestro hablar cotidiano se dan mucho los ignorantismos, porque lógicamente siempre es mayor la cantidad de cosas que ignoramos que las que sabemos.

Hay quien les dice panfletos a unos folletos inocuos, es decir que no llevan malas intenciones, creyendo que panfleto y folleto son la misma cosa, pero no: el panfleto es un escrito (puede ser una publicación en el periódico y no necesariamente un folleto) en el que se denigra o infama a personas o cosas, mientras el folleto, como ya sabemos, pues es simplemente una obra impresa, ligera, que generalmente consta de unas cuantas páginas, sin llegar a las características de un libro que tiene mayor volumen y más encuadernación.

Otro caso: a cuántos políticos les habrá oído usted decir –por ejemplo- que el gobierno está preocupado por alguna cosa, queriendo decir que está interesado en realizar aquella obra o en resolver determinado problema. A mí, como ciudadano no me sirve de nada que el gobierno se preocupe porque eso es nadamás tener la inquietud en el pensamiento o en el ánimo, sin llegar a la definición que se tiene cuando hay un interés por realizar aquella obra porque el interés es la inclinación hacia una meta, que lleva en sí el propósito de alcanzarla.

Cuando nos hablan de una abigarrada multitud pensamos que es un grupo enorme y compacto de gente, pero en ese caso el adjetivo correcto sería denso que es sinónimo de apretado, apiñado, porque abigarrado es otra cosa: significa que en él hay una confusa variedad de colores.

Por si las dudas

1. Elocuente. Elocuente es el que tiene elocuencia (¡no me digas!) La elocuencia es la facultad de expresarse de una manera eficaz para deleitar, conmover o persuadir.

2. Quemados. Así es como los políticos se ponen en evidencia... o dicho más folclóricamente, se queman... o dicho de una manera totalmente vulgar: enseñan las pompis.

3. Barbear. Modismo por elogiar en forma desmedida, seguirle la corriente para ganar sus favores.

Pregunta: En una conferencia escuché que hablaban de un proceso polifásico y yo siempre había creído que lo correcto es polifacético. ¿Puede aclararme esa duda?, José Sebastián Garrido de Zapopan, Jal.

Respuesta: Lo que pasa es que son dos conceptos diferentes. Lo polifacético tiene diversos aspectos. En cambio lo polifásico tiene varias fases. Si tomamos por ejemplo un proceso, puede ser polifacético si sirve para muchas cosas y es polifásico si consta de varias fases.

Frase loca... de remate

Ahorra agua… nunca te bañes solo.

Si tiene alguna duda con respecto a los usos del lenguaje, plantéesela a donjuanrecaredo@hotmail.com

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