De Perogrullo y sus perogrulladas
Es un personaje eterno, que renace cada cierto tiempo y tal vez con diferente nombre. Me refiero al tipo que, adoptando pose de gran filósofo, dice puras obviedades.(1)
Hace algunos años reapareció en nuestro país como Armando Hoyos, un personaje creado por Eugenio Derbez para la Televisión, pero ya antes había surgido como “El filósofo de Güemes”, un tipo cuya paternidad se han atribuido varios y que se ha puesto de moda por razonamientos como ése de que “si dos perros persiguen un conejo y el de adelante no lo alcanza, el de atrás menos”.
Otro celebérrimo tonto que grabó su nombre en la historia fue Pero Grullo que “llenó los Siglos de Oro con voluminosos informes y sesudos estudios de verdades que saltan a los ojos”.
Pero Grullo o Perogrullo como ahora se le nombra, tan famoso llegó a ser, que acuñó el vocablo “perogrullada” o verdad de perogrullo que aparece en el Diccionario de la Real Academia Española como “verdad o certeza, que por ser notoriamente sabida, es necedad o simpleza el decirla”.
Según algunos investigadores, Perogrullo vivió a principios del Siglo 13 y se supone que era asturiano. Formaba un curioso dueto con otro maniático al que llamaban Pedro Mentiras quien verdaderamente hacía honor a su apodo, mientras que Perogrullo decía simplezas, pero era incapaz de decir una sola falsedad.
Se proclamaba profeta e incluso aparece en boca de Sancho Panza cuando en un pasaje del capítulo 62 de El Quijote, dice “Bueno, por Dios, esto yo me lo dijera, no dijera más el profeta Perogrullo”.
Francisco de Quevedo en su Visita de los chistes, cita en rima, algunas de las profecías y aseveraciones de Perogrullo:
Si lloviere, habrá lodos
y será cosa de ver
que nadie podrá correr
sin echar atrás los codos.
El que tuviere, tendrá.
Será casado el marido;
las mujeres parirán
siempre y cuando se empreñen
y los hijos que nacieren
de cuyos fueren, serán.
Se volará con las plumas,
andaráse con los pies;
serán seis dos veces tres
por muy mal que hagas las sumas.
Todo está muy claro… ¿o no?
Por si las dudas
1. Obviar. Confieso que el verbo “obviar” no me gusta. Para mí, “obviar” es “hacer más obvio” y creí que era incorrecto usar ese verbo en la expresión “obviar tiempo” como “reducir el tiempo o hacerlo más breve”. Sin embargo ya aparece con ese significado en el Diccionario.
Pregunta: La licenciada María Elena León nos pregunta cómo se emplea el pasado del verbo venir; venimos o vinimos.
Respuesta: El pasado es “vinimos”, por ejemplo “Ayer vinimos a buscarte y no estabas”. “Venimos” es presente, por ejemplo: “Venimos todos con gusto y placer a felicitarte”.
Frase loca... de remate
Fuera del perro, el libro es el mejor amigo del hombre. Es que dentro del perro debe ser muy difícil leer. Groucho Marx.
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