Anatole France, un día que andaba muy “claridoso” dijo: “un diccionario es el universo por orden alfabético. Es el libro por excelencia. Todos los demás están en él contenidos...”.(1)
La verdad es que no sé hasta qué grado lo dijo en serio porque es una perogrullada, o sea, algo que es tan obvio que no necesita decirse.
El hecho es que hay que hacerle caso a don Ana… (2) Hay qué tener siempre un diccionario a la mano y cuando nos asalte una duda, no hay qué resistirse como si fuera uno de esos asaltos que hay a cada rato en la colonia Guerrero. (3)
En este caso hay que dejar que la duda nos asalte tranquilamente y luego, eso sí, no quedarse con el puñal clavado. Hay qué ir y consultar el “tumbaburros” para aclarar la duda antes de que nos roa las entrañas (roa es presente de subjuntivo del verbo roer en tercera persona).
¿Cuál diccionario? Cualquiera. Claro que mientras más voluminoso sea más completo estará y más nos va a servir. Si podemos tener el Diccionario de la Real Academia Española sería muy bueno. No es la perfección, pero es el que tiene mayor autoridad porque representa el pensar de la Academia de la Lengua como institución.
Si puede tener además un diccionario etimológico sería aún mejor porque éste le podrá decir de dónde provienen las palabras, cuáles son sus raíces. Si quiere puede conseguirse el de Joan Corominas aunque yo le recomiendo mejor el de Guido Gómez de Silva porque Corominas es catalán y Gómez de Silva es mexicano y eso le permite tener un sentido de interpretación más acorde con nuestra manera de pensar.
Además hay diccionarios especializados en mexicanismos, en regionalismos en barbarismos, en lugares geográficos y en diversas especialidades de la ciencia como medicina, derecho, etc.
Pero déjeme insistirle. Cuando ya tenga su diccionario ¡consúltelo! Porque luego se deja uno llevar por la sensación de que ya tenerlo es suficiente. Es como cuando quiere uno aprender a tocar la guitarra. Compra una guitarra y con el solo hecho de tenerla, siente que ya se puede arrancar dando conciertos como si fuera un guitarrista consumado.
No, falta ponerse con toda paciencia a consultar, a buscar, a pensar, a aprender.
Por si las dudas
Diccionario. En el diccionario, efectivamente, están contenidos todos los demás libros. Ya nada más falta saber sacarlos de ahí.
Don Ana. Así le decían algunos amigos a Anatole, algo que debe haberle caído muy mal.
En la Guerrero y en tantas otras colonias de la capital.
Pregunta: ¿Qué significa enquilosar? No he podido encontrar esa palabra en el diccionario. Manuel Morales Prieto, de Los Mochis.
Respuesta: Ni la podrá encontrar -mi estimado Manuel- porque usted la busca en la E y la palabra es con A: Anquilosar que es entorpecer o anular el movimiento. Algo que está “anquilosado” es algo que se quedó por ahí tal vez arrumbado, sin moverse para nada.
Frase loca... de remate
(Dicha por el enanito que se casó con la mujer gorda del circo) Sé lo que tengo qué hacer... Lo que no sé es por dónde empezar.
Consulte a donjuanrecaredo@hotmail.com