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Las Palabras Tienen la Palabra / Ándale Juana

Juan Recaredo

Cuando viene la Navidad, la gente empieza a pensar en las clásicas posadas y así como disfruta el día de Guadalupe y los matachines, (1) después viene la tradición de la piñata que se rompe y entrega su “generoso” contenido a los chamacos que a cambio de recoger algunos dulces y cacahuates, se exponen a que les den un palazo en la cabeza como ha sucedido tantas veces.

Aunque viéndolo todo desde el punto de vista idiomático, más que el palazo me resulta traumático comprobar que los matachines, las posadas, la piñata y todas esas mexicanísimas tradiciones no tienen nada de mexicanas. En su origen por lo menos son más de los italianos que de nosotros.

Me refiero en esta ocasión y en particular a la piñata vocablo que viene del italiano pignatta que es una olla o un jarro y que traducido literalmente sería una piñata por la forma que tiene. Una pigna viene siendo una piñita de ésas que dan las coníferas o sea los pinos y que precisamente se llaman coníferas porque nos regalan esas figuritas en forma de cono.

Ándale Juana, no te dilates

con la canasta de los cacahuates…

Cuando en mis prehistóricas épocas infantiles oía esa cancioncilla me imaginaba a la tal Juana muy ancha de caderas, una mujer muy voluminosa y por lo mismo, lenta para acercarse con la ansiada canasta de los cacahuates, que además contenía naranjas, mandarinas, dulces y a veces, en el colmo del lujo, algunos escasos chocolates.

Luego ya en la secundaria, cuando empecé a tomar clases de física y me dijeron que con el calor los cuerpos se dilatan, recordaba con frecuencia a la tal Juana tan “dilatada” con sus dilatadas caderas.

Para entonces ya tenía pleno conocimiento de que dilatarse es extenderse o ampliarse. Y es que –ahora me doy cuenta- la palabra viene del latín dilatare de dia los lados y latare que es ampliarse.

Sin embargo, mis papás, mis tíos, abuelos y varias generaciones de parientes anteriores, utilizaban el verbo dilatar-se como sinónimo de demorarse (2) y por lo que veo en el diccionario, este verbo es como una calle de doble tránsito o como un bateador ambidiestro porque se puede utilizar en ambos sentidos.

De todas maneras, Juana, la que en las posadas nunca acaba de llegar con la canasta de los cacahuates, quedó grabada en mi mente como una mujer de dilatadas caderas… Ni modo, querida tocayita. Quién te manda ser tan dilatada para acercar las cosas.

Por si las dudas

Matachines. Si le dicen que el vocablo “matachín” proviene del náhuatl “matlachín”, no les crea. Según el diccionario de la Real Academia Española, “matachín” proviene del italiano “mattaccino” que se aplicaba a ciertos danzantes quienes parodiaban ridículamente las danzas guerreras de la antigüedad.

Dilatar(se) finalmente es lo mismo. Dilatar es hacer más grande algo y ese algo puede ser el tiempo de espera.

Ismael Mendoza nos pide la opinión acerca de que si nuestro idioma es español o castellano y luego nos adjunta la opinión del libro “La Fuerza de las Palabras” que dice que ambos vocablos se pueden usar indistintamente. Yo estoy de acuerdo con eso, aunque en lo particular prefiero usar el título de “español mexicano” ya que el idioma nos llegó de España y nosotros le agregamos una gran cantidad de vocablos derivados de nuestras lenguas aborígenes, que otros países no tienen.

Frase loca... de remate

¡Qué desagradable y qué difícil es caerle bien a la gente que te cae mal!

Para aclarar sus dudas acerca de los usos del lenguaje, escríbale a:

donjuanrecaredo@hotmail.com

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