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Las Palabras Tienen la Palabra / La pluma ya no es una pluma

Juan Recaredo

Sudoroso, corre y corre, llega usted al banco porque necesita hacer unos movimientos financieros, se forma en la cola para ir preparando unos cheques mientras llega su turno y entonces descubre que no trae una pluma y le pide al señor que está delante suyo ¿Tiene usted una pluma que me preste? El señor le contesta amable ?Sí, como no?, del bolsillo interior del saco extrae una enorme pluma de pavo real y se la ofrece? Usted piensa que el señor aquel está loco, pero resulta que él está haciendo lo que usted le pidió. Eso que él tiene en la mano, es una pluma, nada más que lo que usted quería era una pluma para escribir.

Lo cierto es que cuando usted está escribiendo con una pluma, en realidad, si nos atenemos al estricto significado de la palabra, no está escribiendo con una pluma. Está escribiendo con un adminículo?(1) quiero decir que está escribiendo con un objeto que hace lo que antes se hacía con una pluma de ave, que se mojaba intermitentemente en un tintero. Antiguamente así se escribía y así lo vemos en las películas ?de época?.

En realidad, escribir con una pluma de ave era costoso y difícil. (2) Ahora hay otras soluciones más cómodas y prácticas, pero a ese adminículo? a ese objeto que hace las veces de la pluma de ave, se le siguió llamando pluma y han pasado siglos y el nombre perdura y parece que seguirá perdurando ?por toda la eternidad?.

En nuestro ?hablar cotidiano? existen muchas expresiones similares que ya no corresponden a su significado original, ya no se usan en el contexto o en la forma en que se usaban, pero siguen aplicándose, ahora en sentido figurado.

El simple acto de colgar el teléfono es una expresión que viene de aquellas épocas en que el aparato era grande y pesado y tenía el auricular, o sea la parte por donde se oye, unido por un cable. Entonces ?colgar el teléfono? era literalmente colgar ese auricular en unos ganchos que el telefonote aquel tenía para el efecto.

Desaparecieron esos armatostes, vinieron los teléfonos de disco, luego los digitales y ahora ya hay celulares tamaño pulga, pero se nos quedó la expresión de colgar el teléfono como sinónimo de desconectarlo, aunque la acción tal vez sea oprimir un botoncito.

Todas ésas y otras muchas, son palabras o expresiones que actúan como la suegra que?

Llegó para quedarse?

Por si las dudas

1. ¿Con un quééé? Una adminículo es un objeto cualquiera que nos sirve de ayuda para hacer algo.

2. Escribir con una pluma de ave era costoso y difícil, especialmente si la persona no sabía escribir.

Pregunta: ¿Verdad que no se debe decir inflamable porque eso sería lo que no se quema? Al contrario, debería ser flamable lo que se quema e inflamable lo que no? Todo ese argumento me lo envía la Sra. Concepción Argüelles de Flores.

Respuesta: Ésa es una creencia muy difundida pero inflamable no quiere decir ?lo que no se quema?. La partícula in tiene dos aplicaciones: Como ?contra? y como ?dentro de?. Lo inflamable es lo que se envuelve en llamas, lo que está dentro de las flamas o las llamas, lo que se está quemando o por extensión lo que puede quemarse. La palabra flamable en español no existe.

Frase loca... de remate

Hombre adulto: Ser que deja de crecer en las puntas y empieza a crecer a los lados.

Escriba a donjuanrecaredo@hotmail.com

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