Cuando supimos que el verbo ?cantinflear? aparece en el diccionario de la Real Academia Española como una forma de hablar disparatada, (1) los mexicanos nos sentimos orgullosos porque el verbo obviamente está inspirado en Mario Moreno ?Cantinflas?, una de las máximas figuras de nuestro ambiente artístico nacional.
A Cantinflas, por error se le ha adjudicado el título de máximo ?mimo? mexicano, sin tomar en cuenta que la característica fundamental de un mimo es precisamente el expresarse sólo con mímica, sin palabras, mientras que la principal gracia de Cantinflas radica exactamente en lo contrario, en su verborrea. (2)
De lo que debemos estar muy conscientes es de que, independientemente que la palabra sea un homenaje a la comicidad del célebre personaje, el hecho de cantinflear al expresarnos oralmente o por escrito es un defecto que afecta seriamente a nuestra comunicación.
Esos malabares verbales (3) que tan magistralmente hacía Cantinflas, nos provocan la risa precisamente por absurdos, pero ya ubicados en el campo de la comunicación ¿quién va a querer ser absurdo? Sería totalmente absurdo.
Es clásica la escena de un político que está pronunciando su discurso y le da vueltas y vueltas a las palabras y a las frases, al grado de que más parece que su intención es precisamente la de que nadie le entienda algo coherente, es decir, que nadie capte de su discurso, algo que tenga sentido práctico:
?Compatriotas? hay momentos en la vida del hombre, en que como dijera uno de nuestros preclaros antecesores, un hombre de ésos que en la historia de nuestro país han sabido dejar una huella imborrable?? y así sigue y sigue con sus circunloquios, (rodeos verbales) mientras el público hace desesperados esfuerzos por no dormirse o, en el mejor de los casos por ?sacar? algo en claro de tanta palabrería.
En el medio político esa forma verborreica de expresarse es lo que se conoce popularmente como ?demagogia?.
Originalmente el demagogo es el ?dirigente que obtiene poder apelando a las emociones y prejuicios de la plebe?? pero popularmente, los mexicanos lo hemos venido asociando con un tipo que habla y habla muchas cosas pero finalmente no dice nada, o sea que es una especie de Cantinflas pero ciertamente mucho menos divertido.
Cualquier parecido con algún político nacional que usted conozca, es mera coincidencia.
Por si las dudas
1. Forma de hablar. Lo que en cualquier ciudadano es un defecto, para el político es un arte: hablar mucho y no decir nada.
2. Verborrea. Abundancia exagerada de palabras al hablar. Al que tiene verborrea nosotros decimos que ?habla hasta por los codos?.
3. Malabares. Hacer ?juegos malabares? es lo que hacen precisamente los ?malabaristas?: mantener diversos objetos en equilibrio inestable, lanzándolos a lo alto y recogiéndolos.
Pregunta: ¿Cuál es la manera más correcta de escribir la palabra esotérico? ¿Así, o con equis: exotérico?, Ma. de Jesús Rodríguez Puente, de Xalapa.
Respuesta: Los dos términos existen y tienen significados opuestos: Esotérico es algo oculto, reservado, mientras que exotérico es lo accesible para el pueblo, algo que el público masivo puede entender con cierta facilidad. En la práctica, el adjetivo exotérico es muy poco conocido.
Aclaración. Sr. Jesús Ríos Alvarado: quiero reiterarle que me da muchísimo gusto recibir toda clase de observaciones de parte de mis lectores, y que como usted dice, no es afán de polemizar sino simplemente de ampliar lo que se comenta. Por favor, en ningún momento vaya a pensar que me molesta que me escriban. Al contrario y... ¿quiere que le diga una cosa? Con estos mensajes el que más aprende soy yo, así que por favor, no se me pierda, don Jesús. Espero que me dé el gusto de seguir en contacto con usted.
Frase loca... de remate
Dime con quién andas? y si está buena me la mandas.
Escriba a donjuanrecaredo@hotmail.com