Ahora resulta que el emperador Julio César no se llamaba Julio (1) y que su famosa frase ?Alia jacta est? donde afirmaba que la suerte estaba como una vaca (echada) tampoco la dijo, o si la dijo, no había sido acuñada por él sino que era una frase muy común en su época, mucho antes de que se encontrara ?según narra la historia- en la situación de cruzar arriesgadamente el río Rubicón.
Además tampoco es seguro cuál es actualmente ese río porque hay investigadores que dicen que es el que ahora se llama Fumicino mientras otros juran con la mano puesta sobre la Biblia que corresponde al Pisciatello o a lo mejor al uso (2) ¡Quién sabe!
Lo que sabemos claramente es que la historia está llena de información que ha sido falseada por intereses particulares y así lo narra el investigador español Peter Villanueva que en un descuido va a resultar también que ni se llama Peter ni es español, aunque el hecho evidente es que el señor ?llámese como se llame- no deja títere histórico con cabeza.
La famosa Cleopatra no se llamaba así, dice Villanueva. Bueno, en primer lugar hay qué decir que hubo muchas Cleopatras. La que se ha hecho ?popular entre la tropa? como la Adelita era Cleopatra VII que en realidad se llamaba ?si el Sr. Villanueva no afirma lo contrario- Thea Philopator? (3)
Además la famosa y bellísima reina egipcia no era egipcia ni era bellísima. Las seis Cleopatras que le precedieron sí eran egipcias pero ella no porque cuando murió Alejandro Magno en el año 323 a. de C., sus generales se repartieron los territorios conquistados y en el clásico ?uno para ti y otro para mí? Egipto le tocó a Ptolomeo que era macedonio y fundó la dinastía de la que nacería tres siglos más tarde la tal Cleo.
A juzgar por las monedas que Marco Antonio hizo acuñar en su honor (en el honor de ella), la mujer aparece de perfil y parece que tenía nariz de ?alcanza queso? o sea que en ese departamento había sido ?bien despachada?, lo cual deja mucho que decir de su supuesta belleza.
Cuando Marco Antonio (el amor de su vida de ella) se suicidó, la mujer fue a echarle los perros a Octavio que viene siendo el que después sería César Augusto y que había sido acérrimo enemigo de Marco.
El problema fue que Tavio no la peló, es decir que no la tomó en cuenta y entonces ella decidió auto administrarse chicharrón, o sea darse muerte, dejándose morder por un áspid.
Eso del áspid es lo que cuenta Plutarco, pero muchos historiadores ponen el hecho en duda toda vez que lo único que se sabe es que apareció su cadáver con dos marcas en el brazo, pero si fue o no un áspid el que la mordió eso nunca se ha sabido?
Ni se sabrá, como dijo Don Teodulito?
Por si las dudas
Julio César. Ni se llamaba Julio, ni era emperador.
El uso. Según Villanueva, había o hay un río llamado Río Uso. ¿Lo usaría César para decir su frase célebre? Puede ser...
Thea Philopator. ¡Qué bárbara, si yo hubiera cargado con ese nombrecito, también me lo cambio o me suicido o las dos cosas?!
Pregunta: Hace unas tres semanas, Saris Hernández nos pedía una información que no tenemos sobre la historia del periodismo en La Laguna.
Respuesta: Nos escribe otra Sara, ésta de apellido Oranday que tiene información que a Saris Hernández le puede servir porque es sobre el tema que ella busca. Le sugiero que se comunique al Tel. 8717 50 70 46 en Torreón, Coah., o bien a saraoranday@hotmail.com
Frase loca... de remate
No hay nada superior a una madre? excepto la madre superiora.
Escriba a donjuanrecaredo@hotmail.com