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Las poderosas/Divagaciones de la manzana

Martha Chapa

durante los últimos meses, dos mujeres han ocupado el escenario político nacional en diferentes momentos: Amalia García y Maricarmen Ramírez, ambas perredistas.

Sus antecedentes y situaciones son diferentes, pero ambas comparten la intención de ganar el poder y convertirse en gobernadoras de las entidades en que nacieron.

Una fue nominada candidata, ganó las elecciones y tomó ya posesión del cargo en Zacatecas, con muy buenos augurios.

A la otra militante, su partido le negó el registro a pesar de que resultó triunfadora en las elecciones internas, cuestionando su cercanía con el actual Gobernador de Tlaxcala, Alfonso Sánchez Anaya, ya que es su esposa. Aún así, regresó a la contienda una vez que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación emitió un dictamen a su favor, obligando al PRD a inscribirla como su candidata oficial.

No obstante, ha seguido el jaloneo, ya que el Comité Ejecutivo Nacional del partido del sol azteca condicionó el registro de la actual senadora a la renuncia del Gobernador en funciones, posibilidad que éste ha descartado en repetidas ocasiones. El panorama parecía simplificarse esta semana, después del permiso que solicitó Sánchez Anaya al Congreso Local, mismo que fue rechazado abrumadamente. En todo caso, la decisión final del PRD se dará a conocer hasta la próxima semana, cuando se reúna el Consejo Político Nacional de ese partido, pero la verdad es que se han cometido torpezas y omisiones desde un principio y dejaron crecer el problema.

Más allá de estas formalidades, la senadora Maricarmen Ramírez había anunciado ya su participación en los próximos procesos electorales tlaxcaltecas con o sin el PRD, tal como ha venido ocurriendo en mítines recientes, dando por iniciada su campaña electoral. Por otra parte, se ve difícil que pueda obtener el triunfo compitiendo con las siglas de Convergencia Democrática, partido que la ha rechazado y aceptado de un día para otro, mostrando su oportunismo y servilismo hacia las élites políticas, con el dinero que aportamos los ciudadanos a través del pago de nuestros impuestos.

En ambos casos hay dos lecturas políticas. Por una parte, el avance, cada vez mayor de la mujer en los distintos campos de la vida nacional, pues si bien Amalia García es la tercera mujer que alcanza una gubernatura, es la primera abanderada de un partido de oposición que lo consigue.

Por otro lado, existe una gran polémica sobre la legitimidad de que un matrimonio se turne el poder. Basta recordar el caso de Martha Sahagún, aún cuando no hay impedimentos legales para ello, siendo evidente eso sí que tal circunstancia resulta desventajosa e inequitativa para las otras candidaturas, sean o no del mismo partido.

La mejor lección que debemos extraer nos debe llevar al análisis y valoración de reformas legislativas, que resuelvan de una vez por todas tales vacíos y dudas institucionales.

Pero dejo claro que en lo personal me alienta el triunfo de ambas, en sus respectivas luchas y campos de batallas.

Y con las salvedades ya anotadas, ¡Ojalá tengamos muchas gobernadoras! Y con el tiempo hasta una Presidenta.

e mail: enlachapa@prodigy.net.mx

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