El México desahuciado que con pesadumbre se nos presenta en pleno siglo veintiuno, cuando muchos países con menos recursos se han levantado en todos los aspectos, nosotros aún navegamos en la transición económica, democrática, educacional, de salud y, de justicia. Donde nadie, ni un solo país nos puede cuando menos llegar al tobillo, es en tres aspectos generacionales e idiosincrásicos que son el político, la burocracia y la corrupción que como caballos apocalípticos campean parejitos por el país (y fuera de él también, con nuestros embajadores) y son imparables e imposible de aforar su dimensión.
Los que se dedican al negocio de la política, para ellos (los políticos) el hacer grilla es tan maravilloso, como jugar a estar vivos, es sostener un romanticismo de fantasía consigo mismos. Nuestros políticos son tan folclóricos y pintorescos que usan este rasgo para labrar fortunas sin sufrir riesgo alguno por parte de los ciudadanos, menos por las autoridades judiciales, como ha quedado demostrado en nuestro brutal y hermoso proceso histórico.
Navegar en cualquiera de los tres rasgos imperativos en México es entrar en polémica y la corrupción, la burocracia y la política, han preexistido como un eterno usufructo y son pilares que sostienen el sistema podrido que desgraciadamente es donde dimana el poder e irónicamente el resultado salta a la vista.
Miente quien diga que la burocracia y la corrupción no son alentadas por los políticos, la prueba es que los partidos políticos en México no son para el bien social, son simples agencias de colocaciones y un negocio sin riesgo, sólo comparado con los que se dedican a la religión.
Esto se ve en cualquier rascuache municipio de los 2,418 en la Republica, según el partido que gobierne PRI, PRD, PAN, PT, PVEM u otros, sus allegados son en la nómina puros de ese partido, la ineptitud, el funcionamiento o preparación nada importa, esto es corrupción, burocracia causadas por la madre de todos los males llamada política, tres rémoras que rondan alrededor del poder.
La burocracia con sus inextricables falacias ha frenado miles de empleos y da lugar a la evasión de impuestos y, según los enterados son más de 20 mil millones de pesos que se difuman en estas miasmas entre los miles de negocios medianos y pequeños, trámites al por mayor, copias de esto y aquello, dependencias llenas de secretarios, subs, consultores, consejeros, asesores, comisionados, etc. aunado a esto la corrupción para arreglar o apurar papeles, lo mismo pasa en el Poder Judicial, los procesos son lentos y da también margen a que con dinero se apuren para inclinar la balanza a favor o en contra “de”.
La burocracia sentó sus reales no sólo en las aspectos hacendarios sino en los sectores salud, educación y de servicios públicos, además el gasto es gordo si se compara con otros países.
La corrupción, todo un imperio de fortunas labradas con los usufructos que cada día le causan al pueblo estos truhanes y monifatos metidos a una profesión sin riesgos como es la política. Queda claro que la política sirve más para entretener a la población, que para allegarnos una buena nueva. La frivolidad en que se mueven nuestros políticos, está compuesta por una maraña de trampas, gambetas y señuelos dignos del mejor torero y raya en lo bizarro.
Sin duda la convivencia política de nuestro país es sólo un manso liberalismo disfrazado de una mentira llamada libertario, sin dejar de ser un nefasto liberticida.
Un México que para desgracia la realidad supera en mucho la nostalgia, ahora con una enmascarada personalidad y una fáustica delación ciudadana donde los lamentos, son opacados con los miserables programas inventados por unos mequetrefes llamados políticos, manejados por el obeso aparato burocrático y, atrapados en el espectro de la corrupción.
Comentarios.
linga_1031@hotmail.com