El origen del mal dormir radica en el estrés, ansiedad, angustia, desesperación y depresión.
El descanso nocturno representa para el organismo la oportunidad de recuperar energías y dejar en el olvido por unas horas las preocupaciones cotidianas, algunas de las cuales son fuente de estrés. Una buena parte de los mexicanos padece insomnio y, quizá, no lo reconoce como un problema de salud que debe ser atendido por un especialista.
Hay personas que dicen "duermo poco" o "a mí con unas horas de sueño me bastan", otras se acostumbran de tal manera a no dormir por períodos largos que suelen hacer varias tareas en la noche. Pero la verdad es que casi 40 millones de hombres y mujeres no logran conciliar el sueño y cuando lo consiguen no descansan plenamente.
El origen de este mal se da en situaciones multifactoriales, como son el estrés de la vida diaria, ansiedad, angustia, desesperación y depresión. Hay quienes padecen este problema como resultado de enfermedades como la esquizofrenia.
Las víctimas de la falta de sueño llegan a sufrir procesos que deterioran la salud, y con ello surgen males que en grado extremo pueden derivar en problemas sicológicos y de no atenderse con oportunidad causan serios trastornos a la personalidad.
El siquiatra Manuel Haro, del Servicio de Higiene Mental del Centro Médico Nacional "La Raza" dice que en ese escenario se da el consumo de medicamentos inductivos para el sueño, sin prescripción médica, lo que significa un alto riesgo para la salud.
Esta automedicación puede llegar a ocasionar daños severos e irreversibles al sistema nervioso central y a órganos vitales como son el corazón, hígado, riñón o incluso dependencia por dosis inadecuadas, advierte.
