EFE
JERUSALÉN.- El Consejo de Ministros de Israel, presidido por Ariel Sharon y bajo primeras protestas populares, confirmó ayer la concreción de un acuerdo con el Partido de Dios (Jezbola) de Líbano para un canje de prisioneros y cadáveres.
El comunicado oficial dado a conocer ayer, al concluir la jornada del descanso sabático, recuerda que el Consejo de Ministros había aprobado el canje por el voto de 12 ministros contra 11, división que ya comenzaba a manifestarse desde ayer en las primeras protestas frente a la sede del Gobierno, en Jerusalén.
La decisión había sido aprobada el pasado nueve de noviembre pero mañana, durante la reunión semanal del Gabinete Nacional, los colaboradores de Sharon volverán a considerar los aspectos del acuerdo, que también confirmó Jezbola en Beirut.
Israel debe liberar a dos activistas de Jezbola, Abdel Karim Obeid y Mustafá Dirani, a 400 prisioneros palestinos, a otros 23 libaneses y de otros países árabes y devolver 56 cadáveres en canje por un empresario israelí, Eljanán Tenenbaum y tres cadáveres, los de soldados capturados y heridos por Jezbola en octubre de 2000.
El acuerdo, que se concretará en los próximos días, fue anunciado ayer en Alemania por el mediador Ernest Uhlau, cuyo país cuenta con buenas relaciones con Israel y con la República Islámica de Irán, con la cual está alineado el Partido de Dios libanés.
Se supone que para el canje las partes se servirían de la Fuerza Aérea alemana, que trasladaría a los prisioneros y los cadáveres.
Entre los críticos del acuerdo con Jezbola se halla Yuval Steinitz, presidente de la Comisión Parlamentaria para Asuntos de Seguridad y del Exterior y diputado del bloque oficialista Likud, quién manifestó su “pesar” pues se trata de “un acuerdo inmoral y carente de todo beneficio y que sienta un peligroso precedente, la liberación de centenares de terroristas por un civil”.
El civil, Eljanán Tenenbaum, empresario de dudosos antecedentes y teniente coronel en la reserva, fue secuestrado en territorio libanés por Jezbola. La Justicia había prohibido a la prensa local informar acerca de supuestos y turbios negocios en ese país.
Las protestas en Israel se centraban de momento en el fracaso del Gobierno para conseguir información acerca de un copiloto de la Fuerza Aérea, Ron Arad, tomado prisionero en Líbano meridional en la pasada década del ochenta al abandonar su avión, que se precipitó a tierra por un desperfecto mecánico y desaparecido desde entonces.
El Gobierno de Sharon aceptó finalmente el canje al cerciorarse de que era imposible obtener información acerca del paradero de Arad, quien habría estado en algún momento en poder del jeque Obeid, uno de los presos libaneses, capturado por comandos israelíes.
Si Obeid no sabe qué se hizo de Ron Arad, hay un hombre que sí lo sabe y que puede dar la información por teléfono. Se llama Hasan Nasrala”, el secretario general de Jezbola, dijo un dirigente del movimiento civil que desde hace años procura hallar al copiloto.
Se cree que la irritación de la opinión pública puede desencadenar más manifestaciones contra el Gobierno.
Algunos legisladores justificaron el acuerdo “para poner fin a la pesadilla de los padres de los tres soldados” que el Gobierno dio por muertos, en tanto que otros consideraban que “es una locura pues alentará a Jezbola a continuar secuestrando a civiles israelíes”.
Por su lado, el diputado Ahmed Tibi, de la minoría árabe de Israel, protestó porque entre los 400 palestinos que recuperarán su libertad, aparentemente, no se ha incluido a prisioneros de la “Intifada”, el levantamiento contra Israel en Cisjordania y Gaza.
