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NUEVA YORK, EU.- A pesar de haber incursionando con éxito en el cine, el corazón de Lili Taylor pertenece al teatro. La actriz no puede pasar mucho tiempo alejada de los escenarios de Broadway, a pesar de que esto le signifique un menor ingreso monetario.
Conocida por películas como I Shot Andy Warhol y Mystic Pizza y más recientemente por la serie del canal de cable HBO, Six Feet Under, Taylor siempre prefirió mantener un perfil bajo y dedicarse a las producciones independientes.
Julia Roberts y ella capturaron en 1988 la atención de Hollywood tras su actuación en Mystic Pizza (junto a Vincent D Onofrio). Sin embargo, la primera se convirtió en una de las actrices más taquilleras de Hollywood, mientras que la segunda es una de las más fervientes impulsoras del programa 52 Street Project, que enseña teatro a los niños necesitados de Nueva York.
Pero lo que Roberts es para Hollywood, Taylor lo es para el cine independiente. Abel Ferrara le dio el papel de vampiro en su filme The Addiction y Robert Altman la contrató para actuar en Short Cuts y Pret a Porter. Además, trabajó con cineastas como Nancy Savoca, Emir Kusturica y John Waters.
Durante sus 15 años de carrera artística en el cine, Taylor nunca se alejó demasiado de sus raíces teatrales y en la actualidad está trabajando en una reposición de la obra Aunt Dan and Lemon, de Wallace Shawn, dirigida por Scott Elliot.
Su actuación recibió excelentes críticas y está dando mucho de qué hablar en la prensa.
Sacrifica sus ganancias
Taylor, residente de Nueva York, reconoce que, a pesar de que su corazón está en el teatro, a la hora de ganar dinero no hay nada más redituable que el cine.
"Necesito hacer una película urgente. Vengo actuando sólo en teatro últimamente y estoy en quiebra", afirmó.
"Alquilo un departamento en el East Village, es de un dormitorio, pero estoy estudiando la posibilidad de comprar. Sin embargo, si sigo haciendo teatro no creo que pueda hacerlo. Necesito una película. Siento lástima por los actores de teatro. ¿Cómo pueden sobrevivir?", se preguntó.
A pesar de las ventajas financieras que tiene ser una estrella de Hollywood, Taylor no cree que el cine masivo sea para ella. "Creo que si me mudara a Hollywood, terminaría cambiando de profesión", explicó la actriz, quien apareció en la producción The Haunting, financiada por un estudio grande.
Bien documentada
En la obra Aunt Dan and Lemon, de Wallace Shawn, dirigida por Scott Elliot su personaje padece problemas de peso, es xenófoba y además narcisista.
"Leí muchos libros sobre anorexia, enfermedades sicosomáticas e hipocondría. Normalmente busco un libro que se convierta en mi guía durante la preparación del personaje", explicó Taylor en una entrevista con The New York Times.
Este papel es en especial sensible para la actriz, a quien le fue diagnosticada una depresión durante su adolescencia.
"Crecí en Illinois, en un pueblo de gente común, sin nada en qué poner mi energía. Por eso fui a ver a un sicólogo. Mi padre también era depresivo", afirmó.
La sicóloga confirmó sus temores, pero en vez de recomendarle medicamentos, le aconsejó que canalizara su energía a través de una actividad. La actriz alivió su propio padecimiento interpretando a personajes complejos en la pantalla.
